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26 de octubre, 2018

¿Y a vos quién te conoce?



Una comida entre amigos donde todos tienen que compartir y hacer públicas las llamadas y los mensajes que les llegan al celular. Ese es el argumento de Perfetti sconosciuti (Perfectos desconocidos) una comedia italiana de Paolo Genovese que cuenta con una remake española dirigida por Álex de la Iglesia.

Un grupo de amigos que no se ven hace mucho comparten una cena. Frente a los pequeños conflictos que surgen por el uso del celular, una de las protagonistas propone realizar un sencillo juego, con el único fin de ayudar a que los amigos compartan entre sí el tan esperado encuentro. Aunque nadie imaginaba las consecuencias…

La película hace una representación muy cercana a lo que vivimos en la actualidad, sobre todo a partir de la irrupción de las nuevas tecnologías y las redes sociales. Se nos ofrecen cada vez más aplicaciones que hacen más fácil nuestra vida, pero al mismo tiempo nos predisponen a estar siempre pendientes de ellas. Si hacemos memoria, seguramente recordemos varias de estas situaciones, en reuniones familiares, de amigos o de trabajo.
¿Qué nos provoca estar hablando con alguien que no levanta la vista de su celular? ¿Nosotros hacemos lo mismo? ¿Somos conscientes de eso?

Cada mensaje y cada llamada que llega ayudará a revelar algún secreto de los protagonistas, que irán poniendo sobre la mesa diversos temas: la fidelidad, la homofobia, las relaciones entre padres e hijos, entre otras. La mayoría de estas situaciones son vistas con sorpresa por el resto de los comensales, que desconocen mucho más de lo que creen acerca de sus amigos.
¿Está mal tener secretos? ¿Cuánto conozco de mis amigos? ¿Cuánto muestro de mi vida privada a los demás?

Por otra parte, no podemos dejar de considerar cómo la tecnología influye en los vínculos interpersonales. El celular resulta de mucha utilidad porque nos permite estar en contacto con algún ser querido que se encuentra lejos, o con nuestros hijos, o porque es más sencillo organizar una reunión o encuentro. Pero todos estos beneficios que nos ayudan a estar más cerca de otros, no deben terminar alejándonos.
¿Quiénes que están lejos me gustaría tener más cerca? ¿A qué personas que tengo cerca hace tiempo que nos les presto atención?¿Qué actitudes mías y de los demás me alejan o me acercan de otros?

Por Matías Audisio

BOLETÍN SALESIANO - OCTUBRE 2018