La Palabra me dice
Hoy Mateo nos regala un hermoso evangelio, nos trae esta parábola de los dos hijos. Podemos tomar esta parábola desde dos miradas. La primera podemos ver que se hace presente la libertad de cada hijo, de poder decidir si ir o no a trabajar en la viña de su padre. Esta actitud es muy de Dios, que nunca nos obliga a nada, si no que siempre nos da esa libertad de poder decidir sobre qué queremos hacer en nuestra vida. Seguir a Jesús y creer en él no fue una imposición por parte de Dios, si no que nos dejó decidir libremente seguirlo en el momento en que nosotros queramos. En la segunda mirada podemos ver en primer lugar un rechazo de uno de los hijos hacia el pedido de su padre, pero también vemos que ese mismo hijo que lo rechazó, al final fue el que terminó trabajando junto al padre. Él pensó y reflexionó, y libremente volvió para trabajar junto al padre por el Reino de Dios. En el segundo lugar vemos al hijo que dice que “sí”, pero este no va a ayudar al padre. Muchas veces podemos caer en la tentación de decir que “sí” para hacer algo o comprometerme, pero al final no cumplimos con lo dicho. O puede pasar que cumplimos con lo prometido, pero con nuestras condiciones o no estando cien por ciento entregados a eso que tenemos que hacer.
Con corazón salesiano
Nos puede servir como ejemplo para hablar de la voluntad de Dios la vida de tantos santos y personas que cumplen con ella, pero hoy tomaremos a nuestro padre Don Bosco. Dios lo invitó a trabajar con él para la salvación de tantas almas, y que Don Bosco libremente dijo que sí y así cumplió plenamente con la voluntad de Dios. Esto permitió que junto al Padre puedan hacer muchas cosas para la salvación de esas almas.
A la Palabra, le digo
Señor, gracias porque una vez más nos regalas tu palabra, que a través de ella nos dejas tus enseñanzas para que podamos obrar como tú obrarías. Por eso te pido que hoy que recordamos a Santa Lucía, patrona de la vista, que me ayude a ver con claridad aquellas actitudes que no son tan buenas, para que así pueda cumplir plenamente la voluntad de Dios.
|