Evangelio del Dia

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Jueves 21 de Noviembre de 2024

La Palabra dice


Lc. 19, 41-44

Cuando estuvo cerca y vio la ciudad, se puso a llorar por ella, diciendo: «¡Si tú también hubieras comprendido en este día el mensaje de paz! Pero ahora está oculto a tus ojos. Vendrán días desastrosos para ti, en que tus enemigos te cercarán con empalizadas, te sitiarán y te atacarán por todas partes. Te arrasarán junto con tus hijos, que están dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, porque no has sabido reconocer el tiempo en que fuiste visitada por Dios».

La Palabra me dice


Jesús llora, pues ama su patria, a su pueblo, la capital de su tierra, el Templo. Llora porque sabe que las cosas no van bien, y es difícil que cambien, porque no se percibe ni valora la llamada de Dios dentro de los hechos. No se percibe el camino que podría llevarlo a la Paz, Shalóm.

Ante la vista de las magnificas edificaciones de Jerusalén Jesús lamenta que detrás de esa belleza arquitectónica se oculte la violencia, la injusticia y la impiedad. Todo el despliegue cultual, ritual e institucional que pretende mostrar a Dios en realidad lo oculta.

Dentro de pocos días nuestras ciudades se embellecerán con los arreglos navideños y todo el despliegue publicitario nos ocultará la violencia, la injusticia y las grandes contradicciones y desigualdades. Jesús hace un llamado para que hagamos de nuestras ciudades un espacio de paz. Pero no de la paz comprada al precio de la sangre, sino aquella que proviene del bienestar y de la armonía de las relaciones humanas.


Con corazón salesiano


En la vida de Don Bosco aparecen varios "sueños" denominados "misioneros", pues a través de ellos su corazón generoso vio nuevos horizontes hacia los cuales dirigirse para ser expresión de esta "visita de Dios" a ciudades y lugares desconocidos. El ultimo sueño misionero de Don Bosco es el que tuvo en Barcelona el 10 de abril de 1886. Vio una inmensa cantidad de jóvenes que corrían hacia él y le decían: "Te hemos esperado tanto y ahora ya no te escaparás"- Uno le dijo:- ¿Qué ves? - Don Bosco respondió: - "Veo montañas, mar, colinas y más montañas y mar". Leo un cartel: Valparaíso, otro que dice Santiago y unos niños leían Pekín". Y una jovencita dijo: -"Tira una línea de Santiago a Pekín- pasando por el centro de África- y tendrás una idea de lo que deberán realizar tus salesianos. Pero, para realizar estos los salesianos deberán cultivar al amor a María".


A la Palabra, le digo


Señor Jesús, vos que lloraste ante Jerusalén, te pido que me des la fuerza para que las cosas que pasan en nuestras ciudades, en nuestros barrios, y que son contrarias a tu sueño de una vida digna para todos, no me pasen de largo.

Que no me refugie en mis rezos y en mis devociones, porque seguramente que allí no estarás, sino que estarás junto con aquellos que, en lo de todos los días, se animan a seguir trabajando y luchando por una sociedad más justa y más humana.

Que encuentre en vos la fuerza para seguir andando.