La Palabra me dice
Es un texto que puede tener varios puntos de referencia: Las personas que se acercan a Jesús, y éste que les anuncia la Palabra. La preocupación de los amigos, para que quien estaba sufriendo pudiera acercarse a Jesús. Se industrian para acercarlo a Él, desarmando el orden y buscando nuevos caminos, cuando parecía que “no se podía”. Otro grupo, de escribas, no entienden lo que Jesús hace, quizás porque no encajaba en sus esquemas religiosos de lo que debiera ser la acción de Dios. No lo buscan. Al contrario, están allí y no se dan cuenta. Y Jesús que no se queda en discusiones estériles, sino que da un paso más: él quiere mostrar a todos que el Reino de Dios es ante todo reinserción plena de las personas en la vida de la comunidad. Nuevamente, la gente que lo rodea no sale de su asombro ante el actuar de Dios. No preguntándose, quizás, si era lo esperado, sino que, simplemente, sencillamente, agradeciendo la acción de Dios en ellos, a través de Jesús.
Con corazón salesiano
“Trabajen… pero cuídense”, les dirá Don Bosco a los primeros misioneros que vendrán a Argentina, a sabiendas de la necesidad de tomarse tiempos de descanso y de oración, para relanzarse en la misión. También les dirá “preocúpense especialmente de los enfermos, de los niños, de los pobres y de los ancianos.”
A la Palabra, le digo
Ayudanos, Señor, a no darnos por vencidos. A intentar caminos. A no quedarnos sentados a un costado, señalando quizás con el dedo desde nuestra comodidad, ante lo nuevo que proponen algunos. Que nos animemos a levantar techos y a intentar nuevos caminos, cuando se nos es difícil acercarnos a vos.
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