Evangelio del Dia

Buscar por fechas

Domingo 29 de Junio de 2025

Mt. 16, 13-19

Al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Qué dice la gente sobre el Hijo del hombre? ¿Quién dicen que es?».

Ellos le respondieron: «Unos dicen que es Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías o alguno de los profetas».

«Y ustedes, les preguntó, ¿quién dicen que soy?».

Tomando la palabra, Simón Pedro respondió: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo».

Y Jesús le dijo: «Feliz de ti, Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en el cielo. Y yo te digo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder de la Muerte no prevalecerá contra ella. Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos. Todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo».

La Palabra me dice


Los últimos acontecimientos que hemos vivido en la Iglesia Católica (la muerte del Papa Francisco y la elección del Papa León XIV) nos han situado en el conocimiento de la figura del Sumo Pontífice, de su misión específica como Obispo de Roma y su vocación de ser nuestro pastor universal. Lo sorprendente de todo este asunto es que el servicio del Papa ha nacido en la elección que Jesús de con Simón, un pescador, animador del grupo de los seguidores de Jesús de Nazaret que será elegido como la piedra, Pedro, para fundamentar la propuesta del Resucitado en el mundo entero. La visibilidad de esta piedra, de Pedro, es lo que también valoramos a cada momento. Es la piedra, es la roca firme que hoy se llama León XIV (también Robert Francis Prevost ha cambiado su nombre). Este dato viene de la Palabra que hemos escuchado hoy. Es Jesús quien cambia el nombre. Le da el nombre de Pedro, pero en realidad, le da el encargo, la misión, le pide un servicio específico, único, plasmado en la entrega simbólica de unas llaves. A nosotros nos toca vivir estos acontecimientos en el lugar existencial en el cual estamos insertos. Manifestamos, de esta manera, nuestro cariño y adhesión al Papa, como lo hemos heredado de nuestro padre Don Bosco.


Con corazón salesiano


El Papa Beato Pío IX fue el pastor que sostuvo la propuesta educativa de Don Bosco. Fue llamado “el amigo de Don Bosco” y a nosotros nos hace pensar en todos los Papas que han vivido y viven en el tiempo de nuestra Familia Salesiana. Para nosotros es una devoción, es decir, un motivo consciente de unión espiritual y de compromiso personal con la presencia del Santo Padre, que traducimos familiarmente como amor filial. Leemos sus escritos, asistimos a sus celebraciones, viajes y actividades, ya sea presencialmente como en forma virtual. Sabemos quién es, creemos y practicamos sus mensajes, rezamos por él. Todo esto surge de nuestro corazón salesiano y nos hace familia, nos hace Iglesia, comunidad de creyentes animados por nuestro pastor.


A la Palabra, le digo


Al agradecerte Señor tu predilección por Pedro, nuestro primer Papa, nos comprometemos a rezar por el Papa León XIV y acompañar su paternal tarea en la Iglesia peregrina.