Evangelio del Dia

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Lunes 24 de Noviembre de 2025

Lc.  21, 1-4

Después, levantando los ojos, Jesús vio a unos ricos que ponían sus ofrendas en el tesoro del Templo. Vio también a una viuda de condición muy humilde, que ponía dos pequeñas monedas de cobre, y dijo: «Les aseguro que esta pobre viuda ha dado más que nadie. Porque todos los demás dieron como ofrenda algo de lo que les sobraba, pero ella, de su indigencia, dio todo lo que tenía para vivir».

La Palabra me dice


No es el primer relato que muestra a Jesús criticando las actitudes de los religiosos en el templo. Parece que Jesús estaba empeñado en cambiar esa religión ritualista, de muchas palabras y pocos hechos. Evidentemente hay un planteo fuerte de disconformidad con esa religión del cumplimiento. Se presenta un aporte significativo en cuanto al contraste entre lo que aporta un rico y lo que da un pobre. ¿Quién da más? ¿El que tiene mucho? ¿El que tiene poco? ¿El que da lo que tiene? ¿El que da todo lo que tiene para vivir?


Con corazón salesiano


Mamá Margarita una pobre campesina, una mujer viuda pero que en su ancianidad decidió dejar sus pocas pertenencias, su tranquilidad y felicidad junto a sus nietos para ayudar a su hijo Don Bosco en Valdocco. Su ajuar de novia lo convirtió en vestimenta para el altar de la capilla, con la venta de alguna pertenencia también pagó una que otra deuda de su hijo y su descanso merecido por haber trabajado toda la vida, lo había donado para cocinar, lavar, barrer y dar de comer a cientos de chiquillos pobres.


A la Palabra, le digo


Señor, ¿qué te puedo dar? Te tengo que dar todo lo que tengo y hasta el final. No se trata de dar algo y guardar un poco. Se trata de darlo todo. Toma mi humilde ofrenda no sé si es todo aún, pero seguiré revisando mi vida para darte "todo" cuanto antes.