Evangelio del Dia

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Miércoles 10 de Diciembre de 2025

Mt. 11, 28-30

«Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré. Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio. Porque mi yugo es suave y mi carga liviana».

La Palabra me dice


"Vengan a mí los afligidos y ago­biados, y yo los aliviaré". Una linda frase que me lleva a moverme, a seguir peleando, a no quedarme en el llanto, en la angustia: a ir a Él. Hubiera sido más fácil que diga "esperen los afligidos y agobiados que yo los aliviaré" pero no hubiera salido de Jesús. No. Jesús me llama a caminar, a afrontar las cosas, pero siempre poniéndolo a Él como meta, ya que ahí está mi alivio. Sus gestos y su palabra son mi alivio, porque son sacramento de Dios, evocan a Dios y expresan el Amor más grande y verdadero de todos. Me acuerdo de la gente y de los pibes que también quiero llevar a Jesús.

"...Aprendan de mí...": ¿Qué tengo que aprender de Jesús? Reviso mi interior, mis deseos, mis proyectos, mis búsquedas para ver cuándo busco crecer en el interior y cuándo en el exterior.

"Soy paciente y humilde de corazón": Otra palabra del Maestro que me exhorta y me deja pensando. ¿Cuánto soy yo "de corazón?


Con corazón salesiano


Una fue la meta de Don Bosco: formar "buenos cristianos y honrados ciudadanos". Llevar siempre a los jóvenes a su crecimiento integral.

Don Bosco supo vivir y hacer vivir esa interioridad, y por eso amó tanto, por eso entregó su vida, al entender que "educar es cosa del corazón".


A la Palabra, le digo


Jesús, que de mis yugos y mis angustias logre encontrar un camino hacia Vos. Pero que mi peregrinación sea también con aquellos que necesitan escuchar que los amás, más allá de lo que han hecho con sus vidas.

Que en todo descubra tu amor y eso me motive a caminar, a vivir buscándote, porque vos sos mi alivio.