La Palabra me dice
El canto de María es una esperanza de los últimos de la sociedad, que han puesto su confianza en el Dios de la vida y en la vida de Dios. Ven como sus proyectos no fueron en vano, ven como sus deseos no fueron frustrados, y ven, por encima de todas las cosas, que en medio de sus pesares Dios está de su lado. "En adelante todas las generaciones me llamaran feliz": Con María hemos recibido la herencia de la felicidad, sería bueno preguntarnos ¿Este regalo está vivo hoy en mí o depende con el pie con el que amanezca cada mañana? ¿Soy feliz o infeliz? Debemos estar seguros de que Dios lo único que quiere es nuestra felicidad en las cosas cotidianas, y no esperar grandes acontecimientos para decir que estuve feliz.
Con corazón salesiano
"Aquí en el Oratorio de Valdocco, hacemos consistir la santidad en estar siempre alegres", a imitación de Domingo Savio, demostremos que somos Santos, con la alegría propia que se nos ha regalado.
A la Palabra, le digo
Señor, ayúdanos en este día a descubrir la verdadera felicidad, a estar dispuestos a agradecerte en todo momento y lugar, y sobre todo a vivir nuestra vida de manera que algún día nos llamen felices. Amén.
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