20 de noviembre, 2014
Una ganancia que se multiplica
“Comenzó a levantarse el ansiado edificio —iglesia de San Francisco de Sales—, cuando me di cuenta de que los fondos estaban totalmente agotados. Había juntado treinta y cinco mil francos con la venta de algunos inmuebles, pero desaparecieron como hielo al sol.
Ideamos una lotería de objetos, es decir, de pequeños regalos. Era la primera vez que se acudía a la pública beneficencia por este medio: la iniciativa obtuvo una acogida muy favorable. Se recogieron tres mil trescientos regalos. El Sumo Pontífice, el Rey, la Reina madre, la Reina consorte y, en general, toda la Corte, se distinguieron por sus ofertas. Se vendieron absolutamente todos los billetes —a cincuenta céntimos cada uno—; cuando se efectuó el sorteo público en el Palacio de la ciudad, había quienes buscaban billetes ofreciendo cinco francos por uno, sin poderlos encontrar (...)”.
Así Don Bosco relata la experiencia tenida entre los años 1850 y 1851, cuando acudió a una nueva forma de obtener ayuda para sus obras en bien de los jóvenes.
Yo puedo ayudar, con o sin tiempo
Se trata de aportar lo propio para el bien de todos. Lo de cada uno, sea tiempo, objetos que le puedan servir a otros —que están en condiciones y que uno mismo seguiría usando, pero sabe que otro lo necesita más—, o recursos económicos para ayudar a afrontar las muchas necesidades de las familias, y en especial de los jóvenes que más sufren.
Don Bosco no dudó en apelar a la caridad y a nuevas formas para alimentar su sueño: fundar una obra que ayude a promover a los jóvenes que tuvieron menos oportunidades. Que encuentren sentido a sus vidas y que adquieran las herramientas y los hábitos para no tener más la necesidad de depender de la caridad. En esta lógica, la caridad es una inversión en una sociedad más justa y equitativa.
Volviendo a la primera lotería que organizó Don Bosco, Giuseppe Bracco destaca que
“el gran trabajo de recogida de regalos y, después, de distribución de billetes formaba parte, en algunos casos, de un complicado esquema de relaciones sociales. No se trataba sólo de obtener mucho dinero, aunque indispensable, sino también de implicar a un número de personas cada vez mayor, construyendo una red de conocimientos y relaciones, que estarán siempre presentes en la continuación de su acción, facilitando la expansión de la misma”.
En continuidad con esta experiencia, hoy la Obra de Don Bosco se sustenta, necesariamente, con el apoyo activo de los diversos actores sociales, a la vez que nos invita a ser protagonistas de la construcción de un proyecto de país justo y equitativo.
Aportes que ayudan mucho
Una forma de realizar este aporte es
destinando parte de lo que se paga en concepto de Impuesto a las Ganancias como una donación a la Obra de Don Bosco.
Es muy sencillo de realizar: si uno paga impuesto a las ganancias, realizar una donación a la Obra de Don Bosco hace que disminuya el importe —la “base imponible”—, sobre la cual se calcula la cifra a abonar en dicho impuesto.
Más técnicamente, tanto las personas físicas como jurídicas
pueden destinar hasta el 5% de la ganancia neta del período mensual o anual como donación a la Obra de Don Bosco, restándolo luego de la ganancia sobre la cual se calcula el impuesto a las ganancias.
Hay diversas formas de realizarlo, y hoy presentamos una, en tres pasos, orientada a quienes pagan impuesto a las ganancias en forma mensual cuando se les descuenta del salario que perciben:
1.-
Completar el formulario F 572 e informarle al empleador que se va a realizar esta donación. El formulario puede descargarse de la página de la AFIP:
www.afip.gov.ar. Ese formulario debe imprimirse y completarse de manera manuscrita si la remuneración bruta anual es inferior a doscientos cincuenta mil pesos, y si la remuneración es mayor se deberá completar directamente en internet.
2.- Una vez completado y presentado el formulario al empleador, se puede
efectuar la donación estipulada a “Obra de Don Bosco I.S.S.F.J.”, CUIT 30-61017160-1,
a través de la tarjeta de crédito, para lo cual se debe enviar a la Obra de Don Bosco
—info@obradedonbosco.org.ar— los datos de la tarjeta, el importe y la frecuencia con la que quiere realizar la donación.
3.- La Obra de Don Bosco, por su parte, una vez al año informa a la AFIP las donaciones que recibe.
Todos los meses se tendrá la constancia de pago en el resumen de la tarjeta. Además de ello, de acuerdo a la necesidad de cada uno, también un recibo oficial luego de cada donación o en forma de resumen anual. Ante cualquier duda, siempre se puede escribir a
info@obradedonbosco.org.ar, o bien llamar al
(011) 4958-6411. Más información en
www.obradedonbosco.org.ar
Esta es una forma más para hacer el bien a los niños, niñas y adolescentes que más lo necesitan, y utilizar las diferentes posibilidades existentes para que las ganas y la intención de dar una mano se hagan realidad.