18 de abril, 2018
También hay Pascua en el campo de refugiados
Sí, es cierto mis queridos amigos y amigas:
Don Bosco ha llegado, por medio de sus hijos salesianos, al campo de refugiados de Palabek, en Uganda. Sé que también ustedes, cualquiera que sea la persona que me lea, se alegrará de esta noticia que es eminentemente
humana, y que sin duda tiene mucho de Evangelio.
En todo el norte de Uganda son cerca de un millón doscientos mil los refugiados, en generalprovenientes de Sudán del Sur. En el mes de marzo de 2016 comenzaron a llegar los primeros al campo de Palabek, a trescientos cuarenta kilómetros de Kampala, capital del país.
Sabiendo esto, el inspector salesiano visitó el lugar y me habló de ello. Yo le pedí a un salesiano miembro del equipo de misiones que fuese a ver la posibilidad de iniciar allí una presencia salesiana, puesto que
si había niños y jóvenes desplazados, ese tenía que ser nuestro sitio como hijos de Don Bosco. Él lo habría hecho.
Hoy son cerca de treinta y seis mil los refugiados en este campo, en su inmensa mayoría mujeres, niños y adolescentes. Una vez más la mujer, la mayoría de ellas madres, llevan la peor parte en sus sacrificios, pero son las que cada día “salvan” la vida de sus hijos e hijas. Nos alegra también estar allí para poder ayudarlas.
Alguno se preguntará si hemos “aterrizado” con alguna “mega construcción”. No. Sencillamente hemos comenzado por vivir con ellos, soportando el mismo calor y la escasez, para desde ahí ir haciendo un camino que ayude a mejorar la situación, en especial la educación y el camino de fe de esos jóvenes.Hemos constatado que para el futuro serán necesarios jardines maternales, escuelas primarias, un centro de formación profesional, oratorios y centros juveniles. Veremos qué pequeños pasos podemos dar, contando también con la ayuda de otras personas e instituciones.
Palabek es una auténtica ciudad, pero de carpas.Prepararemos catequistas y buscaremos jóvenes que puedan animar los oratorios puesto que, felizmente
la vida sigue y debe estar llena de razones para afrontar cada jornada.Somos conscientes de que juntos podremos hacer mucho para dignificar la vida de tantos miles de personas desplazadas. Cientos de personas que tengan noticia de esto sentirán su deseo de sumarse o de colaborar en la distancia.
Don Bosco ha llegado a Palabek por medio de sus salesianos, y el Señor Jesús ha resucitado también entre los
refugiados. Los descartados de este mundo a causa de nuestra violencia siguen siendo los predilectos de Dios, mientras clama y nos pide de mil maneras que construyamos la única civilización humana válida, posible y duradera: la de la fraternidad humana, a partir de la justicia y el derecho de todos a una vida digna.
Feliz Pascua de Resurrección,
Don Ángel Fernández Artime
Boletín Salesiano, abril 2018