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03 de agosto, 2017

¿Qué cara le vas a poner?

“Para cada adolescente, una oportunidad”: esa fue la premisa bajo la que Unicef Argentina presentó el mes pasado el documento Posicionamiento sobre adolescencia en el país. El mismo da cuenta de que en nuestro país hay más de cinco millones y medio de adolescentes de entre 10 y 18 años: uno de cada dos es pobre. Además, el estudio detalla que entre los 14 y los 15 años, uno de cada seis trabaja, y entre los 16 y los 17 años, lo hace uno de cada tres. Para completar este panorama, Florence Bauer, representante de Unicef en Argentina, explicó en la presentación del informe que “medio millón de ellos está fuera de la escuela y sólo la mitad de los que ingresa finaliza el nivel secundario.”
Las cifras, siempre necesarias, vienen a enrostrarnos una realidad que duele: hay adolescentes que no pueden ir a la escuela, que no tienen las necesidades más básicas cubiertas incluso a pesar de trabajar. Pero muchas veces ocurre lo contrario: los números—tan grandes, infinitos, inconmensurables—vienen a ocultar el rostro, la historia, la vida. Entonces sumamos, restamos, dividimos, hacemos porcentajes, calculamos y ya no importa si son personas, casas, manzanas o lapiceras. Nos acostumbramos a “hacer números”: así, simplificamos las historias y las volvemos un garabato en un papel, un dibujo al que podemos mirar y manipular.
El desafío entonces es mirar e ir más allá de las cifras, dejarnos cuestionar y animarnos a transformar esta realidad con la certeza de que es necesario que nosotros comencemos a ponerle (la) cara a tanta desigualdad.

Ezequiel Herrero
Boletín Salesiano, agosto 2017