28 de agosto, 2017
Poner el corazón
Grande es el desconcierto cuando una vida joven está en peligro. Darío, alumno y explorador de una obra salesiana de Buenos Aires, a sus 16 años tuvo que pasar por la más difícil de las situaciones: una falla cardíaca provocó su repentina internación y, a los pocos días, su inclusión en la
lista nacional para recibir un trasplante de corazón.
Frente a la desesperación, espera y oración. Familiares, amigos, docentes y compañeros se reunieron en el rezo para su pronta mejoría, mientras las horas pasaban y la urgencia aumentaba.
El corazón llegó, la operación fue un éxito y Darío se encuentra hoy en una lenta pero auspiciosa recuperación.
En su pecho late hoy un milagro, que con el compromiso de todos puede ser cada vez más cotidiano. Argentina es líder entre los países de la región en materia de trasplantes de órganos. Según datos del Incucai, este año ya se han realizado casi 800 intervenciones, mientras que
otras 8000 personas aguardan que llegue su turno, en una lista que pone a todos los ciudadanos en pie de igualdad: sólo priman la urgencia y la necesidad. Cada 30 de mayo se recuerda en el país el
Día Nacional de la Donación de Órganos. Es un acto inmensamente generoso para promover en cada comunidad, que permite que el dolor por la pérdida de un ser querido se transforme en vida y alegría para otras familias.
Mientras tanto, cada uno de nosotros puede aportar su gota de esperanza. O para ser más exactos, unos 450 mililitros:
donar sangre es también un gesto solidario y altruista. Sólo el 1,5% de los argentinos lo hace, cifra que debería aumentar para cubrir las necesidades actuales. La gran mayoría de nosotros, en algún momento, necesitará una donación. El procedimiento no lleva más de media hora, no trae perjuicios a la salud y puede ser repetido varias veces al año.
En momentos de profundo dolor, sólo queda confiar en Dios y en la comunidad. Tanto en esta situación, como en las que atraviesan personas que conocemos y otras que no, demos gracias a Dios porque tenemos a los demás.
Santiago Valdemoros
Boletín Salesiano, septiembre 2017