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07 de abril, 2018

Nuestra “calumnia” vertebral

La Bach Chata (Habladurías)
Te hablaron mal de mí y les creíste.
Te hablaron mal, y sí, quizás perdiste
la oportunidad de conocerme,
la posibilidad, quizás, de sorprenderte.

Me hablaron mal de ti y tuve dudas.
Me hablaron mal, y sí,
¿quién me asegura que no sea verdad lo que me cuentan?
Si no es la realidad o si la inventan.

No les creas, no,
la gente es mala y comenta.
No les creas, no les creas,
los envidiosos fomentan.
La infelicidad los inhabilita,
y la infelicidad (a-ja-ja-ja) los imposibilita.

Hay muchos que hablan mal de los demás,
pero hay otros que hablan mal porque hablan mal.
Porque no saben hablar. En vez de “facilidad de palabra” tienen
“dificultad de palabra”. O tienen problemas de dicción.
Por ejemplo, quieren decir “introspección autocrítica”
y les sale “yo no fui”.

Te hablaron mal de mí y vos entraste.
Te hablaron mal, y sí, quizás compraste.
Quizás te faltó un poco de sabiduría,
y le diste lugar (a-a-a-a) a las habladurías.

Pero no podrán tapar este sol con las manos.
Pero no podrán, podrán no,
tapar este sol con las manos.

Y miente, miente, miente que algo quedará.
Y dicen miente, miente, miente, que algo quedará.
No hay ciego peor que el que no oye,
que el que sólo lee su “diario de Yrigoyen”.

No faltará el que me diga que lo que estoy haciendo es
hablar mal de los que hablan mal.
No importa, en ese caso me corresponden
cien años de perdón.
Debemos resignarnos y aceptar la maledicencia.
Hay algunos que no pueden vivir sin calumniar.
La calumnia los sostiene, los estructura.
Es su calumnia vertebral.


Artista:Kevin Johansen + The Nada
Álbum: Mis Américas Vol. ½ (2016)

Poco que agregar a esta pieza conjunta entre Kevin Johansen y Marcos Mundstock —Les Luthiers—. El monólogo clásico del reconocido artista lo dice todo o casi todo en clave de humor irónico.Johansen, a pesar de describirse a sí mismo como cantautor, en lugar de “canSautor” —según él, aquel que pregona sobre cuestiones sociales o políticas, tal como lo hace el canto “de protesta”—, termina abordando de forma crítica un sinfín de temas cotidianos. Quizá lo diferencie la ironía o el humor, eso sí.
En este caso, se aprovecha del ritmo de bachata, e incorporando algunos compases de melodías de Bach con violines y arreglos de Javier Casallá —deliciosos por cierto—, se sumerge en el mundo de las habladurías, o maledicencias, calumnias, chismes, difamación, murmuración… en fin, de los comentarios prejuiciosos acerca de los otros.
De todo lo expresado, nos quedamos con el verso “te perdiste la oportunidad de conocerme, quizá de sorprenderte”, para sintetizar un deseo. Si me pre-juzgas, te perdés la oportunidad de conocerme a mí, y no de “lo que te dijeron de mí”. ¡Qué bueno es jugarse y conocer al otro en serio!

Algunas pistas para aprovechar la canción...

  • En toda comunidad que trabaja junta —colegio, parroquia, ambiente laboral o grupo de amigos— es casi imposible que no surjan los “chismes”: tal es así, tal otro hizo esto o aquello. Hacé el ejercicio de identificar algunos chismes o prejuicios que andan dando vueltas en tu grupo o en la comunidad que elijas.

  • ¡Dale la oportunidad y acercáte a alguna persona de la que te hayan hablado mal!


Por Juan Pablo Dolcini • redaccion@boletinsalesiano.com.ar
Boletín Salesiano, abril 2018