10 de marzo, 2017
Lo bueno que hay en vos
McFarland: sin límites
Estados Unidos, 2015
Dirección: Niki Caro
En tiempos donde la realidad de los
inmigrantes aparece fuertemente como tema de debate —de la mano de la intolerancia, el miedo y el desconocimiento— presentamos una película que viene a intentar quitar ciertos prejuicios, para invitar a conocer a ese “otro” que construye a mi lado el país que habitamos.
La historia transcurre a fines de los años ochenta en
McFarland, un pequeño pueblo de California, Estados Unidos. Allí la mayoría de los habitantes son inmigrantes mexicanos que dedican su vida a la agricultura. Los niños y jóvenes no son ajenos a esta realidad, repartiendo su día entre los frutales y la escuela. Sus padres, quienes llegaron en búsqueda del “sueño americano”, intentan que sus hijos estudien para salir adelante.
A este olvidado pueblo llega Jim White (Kevin Costner), un ex entrenador de fútbol americano, que luego de ser despedido de varios trabajos y casi sin opciones, consigue el puesto de profesor de educación física. El entrenador sufre junto a su familia el choque cultural producto de encontrarse en medio de un pueblo habitado por inmigrantes, con costumbres y características nuevas. Pero el mayor desafío de este “gringo” estaba por llegar.
El profesor White se encuentra en su primera clase con un grupo de estudiantes con muchas de las mismas problemáticas juveniles que encontramos en cualquiera de nuestros barrios. A la discriminación, la exclusión y los flagelos propios de la estrechez económica se le suma el trabajo en los campos de frutas, que desgasta la vida de los chicos.
Pero al entrenador algo le llama la atención.
Estos chicos s
e pasaban la vida “corriendo”, literalmente.
De los campos a la escuela y de la escuela a los campos. Y ahí estaba la clave. Luego de luchar con la burocracia escolar y el estancamiento de sus colegas, White logra la aprobación para crear un equipo de
cross country, un tipo de atletismo que consiste en disputar carreras a campo traviesa. Los jóvenes, reacios a que un “gringo” intentase enseñarles algo, pusieron resistencia, pero White logró convencerlos y motivarlos para que explotaran todo su potencial.
La capacidad del entrenador para tratar de
entender la vida que llevan sus estudiantes y adaptarse a ella será una de las claves para formar un equipo donde saldrán a la luz los valores que trae consigo el deporte. En un lugar tan golpeado por la dureza de la vida y el olvido, este equipo despierta y pone en vilo a todo un pueblo, que deposita sus esperanzas en esos muchachos.
Esta historia real no dista de muchas otras que nos rodean y nos impulsan, como decía Don Bosco,
a valorar y buscar lo bueno que tiene el que está a mi lado. ¿El secreto? Ganarse la confianza, que lleva al afecto y al amor que transforma vidas.
Para seguir pensando:
- ¿Qué sé realmente del que está a mi lado? ¿Cuánto tiempo dedico a hablar sobre el otro? ¿Y a conocerlo realmente?
- ¿Lográs ver “lo bueno” que hay en el otro, o te quedás sólo con lo que no te gusta o lo que te hace mal?
Por
Renzo Aguirres • renzoaguirres@hotmail.com
Boletín Salesiano, marzo 2017