14 de enero, 2015
Jóvenes, confianza, misión
Jóvenes, confianza, misión: tres características fundamentales de todo grupo juvenil salesiano, sintetizadas en la imagen de julio.
Los
jóvenes son el centro de nuestras obras. Son el “para quiénes”, el alma, el sentido.... son nuestra pasión:
“Yo por ustedes estudio, por ustedes trabajo, por ustedes vivo, por ustedes estoy dispuesto a dar la vida”. Son los destinatarios de nuestra acción educativa-pastoral. Y no implica, simplemente, llenar nuestros patios de jóvenes o ver quién convoca más, sino que ellos deben orientar nuestras decisiones, nuestra animación. Son los mismos jóvenes los protagonistas de su propia formación.
La
confianza es la puerta de entrada al corazón de cada uno de nuestros jóvenes, es el medio privilegiado para que
“sientan que son amados”, para que encuentren un lugar donde respirar un ambiente de familia que los abrace.
Y la
misión, nuestra misión. Esa mirada al futuro es nuestro compromiso: transmitir el amor de Dios a cada uno de ellos. Invitarlos a “ser santos” siendo buenos cristianos y honestos ciudadanos, colaborando en la construcción de una sociedad más justa, respetuosa y solidaria.
Es por esto que es importante hacer una opción fuerte en nuestras obras por el “asociacionismo” —grupos y comunidades juveniles, oratorios, mallín, exploradores, catecumenados y otros—, porque son estos los espacios donde podemos hacer explícito nuestro ser salesiano, cristianos con un estilo específico al servicio de los jóvenes, en especial los más pobres.
El asociacionismo es una experiencia fuerte de encuentro con el otro, con la comunidad y con Dios. Son espacios donde los jóvenes suelen encontrar aquellas amistades que duran para toda la vida, donde encuentran el verdadero significado de compartir un mate, aprenden valores y sienten que hay alguien más grande que piensa en ellos. Se sienten amados, descubren y maduran la propia vocación y entienden que serán laicos comprometidos con el futuro de nuestra sociedad.
Por Federico Torossian
