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10 de abril, 2017

¿Hijos difíciles o familias ausentes?

Una reflexión sobre la familia actual a partir de la experiencia carismática de Don Bosco.

Padres de familia evaporados

En el año 2011, el psicoanalista y sociólogo contemporáneo Massimo Recalcati publicó ¿Qué es lo que queda del padre? La paternidad en la época supermoderna. Dos años más tarde otro libro suyo fue traducido en varias lenguas: El complejo de Telémaco, padres e hijos tras el ocaso del progenitor. Es una relectura de la clásica presentación del hijo de Ulises, descrita por Homero en la Odisea. Según Bernabé Sarabia, “la tesis central de este volumen sostiene que en las actuales circunstancias la figura del padre, tal como se venía entendiendo, ha perdido su papel, se ha evaporado del universo simbólico familiar”.

Simplificando el análisis de la situación contemporánea, se pueden reconocer dos “tipos” de familia, ambos inadecuados. Por una parte, la familia inexistente, sustituida por un simple “vivir en pareja” sin compromiso definitivo, o por una convivencia orientada al placer, momentánea y egoísta. Por otra parte, existe también la familia ausente, en la que los padres renuncian a su función específica porque, aunque estén en casa, no ofrecen a sus hijos la presencia activa y cercana que ellos merecen y esperan.

En ambos casos hay una fuga de la realidad y se traiciona la propia responsabilidad, porque se elige una posición neutral y se eluden los deberes del adulto. Y en todos los casos, cabe preguntarse si la causa de la crisis familiar está en la fragilidad y rebeldía de los jóvenes, o más bien en la incapacidad y ausencia de los adultos.

“No los abandonaré jamás”

Hay un fragmento llamativo en las Memorias del Oratorio escritas por Don Bosco:

“Pasada aquella terrible penuria y alcanzada una mejor situación económica, alguien propuso a mi madre un matrimonio ventajoso, pero ella replicó siempre:

— Dios me dio un marido y me lo quitó; tres hijos me dejó el marido al morir, y yo sería una madre cruel si les abandonase en el preciso momento en que me necesitan.

Le dijeron que sus hijos quedarían bajo un buen tutor, el cual se ocuparía de todo.

— Un tutor —contestó la generosa mujer— es un amigo, mientras que la madre de mis hijos soy yo; no los abandonaré jamás, así me ofrezcan todo el oro del mundo” (MO 4).

A la madre se agregaban algunos adultos en el ámbito de la familia Bosco: la abuela paterna que compartía pobremente la misma vivienda en I Becchi, y dos tíos maternos, Mariana y Miguel, de Capriglio. Sin ser parientes, otros mayores estuvieron cerca de Juan durante su adolescencia y juventud. Los más allegados eran sacerdotes, sobre todo maestros, especialmente el inolvidable Juan Calosso en Murialdo y varios otros en Castelnuovo y en Chieri. Pero, ya a los quince años, Juan se había encontrado con quien sería su confidente y guía en el ejercicio de la futura misión sacerdotal: el clérigo José Cafasso.

Relaciones asimétricas

La relación entre padres e hijos, como toda relación entre adultos y niños, es asimétrica, no puede ser idéntica ni, mucho menos, intercambiable. Ni puede ser siempre la misma, porque el crecimiento de los hijos exige cambios en un continuo proceso evolutivo.

Con bastante frecuencia los padres aparecen desorientados frente a la dificultad de entender las profundas mutaciones culturales actuales, seducidos por la atracción del bienestar y del mercado, agotados por las obligaciones laborales e indecisos ante las pretensiones inesperadas e insaciables de los propios hijos. Este sin fin de contratiempos les hace difícil decidirse entre intolerancia y permisividad, entre indiferencia y comprensión, entre desinterés y afecto. En consecuencia, se eluden las relaciones interpersonales y se ignoran las situaciones dolorosas y conflictivas, desaprovechando ocasiones naturales y espontáneas de las que mucho se podría aprender para la vida si se las enfrentara dialogando con los hijos, aceptando la diversidad y construyendo juntos el futuro de cada uno.

No obstante los cambios que se vienen dando velozmente, mucho puede beneficiarse la familia en nuestros días si es capaz de compartir y poner en común, recibir y dar al mismo tiempo y superar el propio egoísmo abriéndose a los demás. (punto final)

 Para ampliar la información y continuar la reflexión

  • Retomar la lectura de las Memorias del Oratorio, especialmente los puntos [5-6], [7-18], [20-21, [25] y [39].

  • ZURDO, Alex. ¿Dónde estás? Video oficial (YouTube)

  • RECALCATI, Massimo. El complejo de Telémaco:Padres e hijos tras el ocaso del progenitor. Anagrama, Barcelona (2014). Disponible en versión digital.


 Algunas preguntas para profundizar la lectura

  • Después de ver el video de Alex Zurdo, ¿qué pensás que se debe recuperar hoy en el comportamiento de los padres?

  • A partir de la experiencia de Juan Bosco, ¿cuáles son las actitudes que se mantienen válidas en el ámbito familiar de nuestro tiempo?


Por Juan Picca, sdb • jpicca@donbosco.org.ar

Boletín Salesiano, abril 2017