25 de agosto, 2018
Hacer visible lo invisible
Recientemente en Santa Fe se realizó un encuentro de voluntarios de diversas ONG’s que trabajan en distintos ámbitos de esa ciudad.
Al hablar de “trabajo voluntario” es casi inevitable que se nos planteen algunos interrogantes, porque el tema moviliza, desestabiliza. Es que no entra en los cálculos ni presupuestos.
¿Cómo entenderlo? ¿Por qué alguien trabajaría de manera voluntaria? Algunas posibles razones: ser
agradecido —quien recibe gratuitamente de otro, hoy desea retribuirlo—, el deseo y el compromiso de
cambiar una realidad —de un barrio o una pequeña comunidad—, el
compromiso con una obra y sus ideales.
Y al resto de la comunidad,
¿por qué el trabajo voluntario la moviliza, la desestabiliza? En la actualidad toda una generación de jóvenes, principalmente estudiantes,
“regalan” su tiempo, sus dones y su conocimiento en favor de actividades voluntarias, generando así una producción de bienes y servicios. Claro que
esta producción no está incluida en el PBI de Argentina, principal variable macroeconómica. Indudablemente este sería mucho mayor si se cuantificara el trabajo voluntario o lo producido con él.
Para algunos puede resultar curioso pero al dar a otros, quienes lo hacen no se vacían, sino que por el contrario se llenan: de satisfacción, de alegría, de sensaciones que no se pueden expresar en palabras, y que solo lo experimentan los que dan todo por los demás.
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Por
Pablo Micheli
BOLETÍN SALESIANO - AGOSTO 2018