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03 de julio, 2017

Fortalecer la educación de los hijos

Mamá Margarita y las “mamás” del Oratorio



  1. Generar procesos de maduración en la libertad


¿Existe una actitud correcta o preferible de parte de los padres en la educación de los hijos? En Amoris Laetitia, el papa Francisco anota: La familia no puede renunciar a ser lugar de sostén, de acompañamiento, de guía, aunque deba reinventar sus métodos y encontrar nuevos recursos. El abandono nunca es sano... pero la obsesión no es educativa, y no ser puede tener un control de todas las situaciones por las que podría llegar a pasar un hijo. Aquí vale el principio de que ‘el tiempo es superior al espacio’. Es decir, se trata de generar procesos más que de dominar espacios. Si un padre está obsesionado por saber dónde está su hijo y por controlar todos sus movimientos, sólo buscará dominar su espacio. De ese modo, no lo educará, no lo fortalecerá, no lo preparará para enfrentar los desafíos. Lo que interesa sobre todo es generar en el hijo, con mucho amor, procesos de maduración de su libertad, de capacitación, de creimiento integral, de cultivo de la auténtica autonomía” (260 y 261).

En resumen, el Papa afirma que no es lo más importante saber dónde está el hijo físicamente, con quién está en ese momento, sino dónde está posicionado desde el punto de vista de sus convicciones, sus objetivos, sus deseos y su proyecto de vida. Que comprendan que su vida y la de la comunidad está en sus manos y que esa libertad es un don inmenso. La tarea de los padres incluye una educación de la voluntad y un desarrollo de hábitos buenos e inclinaciones afectivas a favor del bien.

  1. Las mamás del Oratorio


Mariel Giordano consignó los rasgos de una experiencia original en unas páginas de esta misma revista (Boletín Salesiano, octubre de 2012). Escribía la autora bajo el mismo título retomado aquí: “No se encuentran reseñados muchos hechos relacionados con ellas, sí pequeñas pistas que quiero compartir. Tomo las vivencias de algunas, comenzando con Mamá Margarita (...). A partir de 1846, el Oratorio ya está en Valdocco (...). Don Bosco sufre una grave enfermedad pulmonar, debe dejar el oratorio y guardar reposo en casa de su madre en I Becchi (...). Su regreso no lo hace solo. Ante su pedido, Margarita parte con él. A los 58 años, Margarita realiza una nueva opción. Será el Oratorio donde Margarita entregará a ‘sus hijos oratorianos’ sus últimos diez años de vida. Dios le regala al Oratorio otras mujeres que siguen los pasos de Mamá Margarita, quienes dando su ‘sí’ ponen a disposición de los jóvenes de Don Bosco su ser mujer. Será con Mariana Occhiena, hermana de Margarita, Juana María Rúa, Juana María Magone, la mamá de Santiago Bellía y Margarita Gastaldi que el Oratorio asume una fisonomía y sensibilidad familiares más concretas y palpables”.

Es probable que algunos se pregunten: ¿Qué tareas desempeñaron esas mamás con Don Bosco? Mariel Giordano lo expresa atinadamente, cuando afirma: “Nada mejor que una mujer con corazón de madre para ‘preparar a sus hijos la ropa limpia, y la cama para un buen descanso, para crear en ellos hábitos de limpieza y orden como parte de su formación y cuidado”. Una tarea humilde, pero sin dudas inestimable en el cauce del proceso educativo.

  1. Educar en “procesos de libertad” y con “estilo de esencialidad”


A la primera parte de este título apunta la exhortación apostólica. El papa Francisco cierra su reflexión del siguiente modo: “Si la madurez fuera sólo el desarrollo de algo ya contenido en el código genético, no habría mucho que hacer. La prudencia, el buen juicio y la sensatez no dependen de factores meramente cuantitativos de crecimiento, sino de toda una cadena de elementos que se sintetizan en el interior de la persona; para ser más exactos, en el centro de su libertad. Es inevitable que cada hijo nos sorprenda con los proyectos que broten de esa libertad, que nos rompa los esquemas, y es bueno que eso suceda (262).

En cuanto a la segunda parte del título —con “estilo de esencialidad”—, nos han aleccionado las mamás del Oratorio, pero hay que reconocer que es muy difícil vivir de lo esencial en nuestro tiempo. Se hace necesario volver sobre el argumento, y lo haremos en próximas reflexiones, porque justamente lo contrario es hoy una de las alucinaciones que enloquecen a los jóvenes no menos que a los adultos.

  1. Para ampliar la información y continuar la reflexión



  • Lectura del artículo Las mamás del oratorio, Boletín Salesiano, Nº688, octubre de 2012. Se encuentra disponible en Internet.

  • AmorisLaetitia, Exhortación apostólica postsinodal del Santo Padre Francisco sobre el amor en la familia, puntos 260-262, capítulo séptimo, Fortalecer la educación de los hijos.


Preguntas para profundizar la lectura

Son las mismas preguntas que hace el papa Francisco a los padres (261):

  • ¿Intentamos comprender “dónde” están los hijos realmente en su camino?

  • ¿Dónde está realmente su alma? ¿Lo sabemos? Y sobre todo, ¿queremos saberlo?


Por Juan Picca, sdb • jpicca@donbosco.org.ar

Boletín Salesiano, julio 2017