06 de enero, 2016
En el lugar donde todo comenzó
“Increíble, pero cierto”: así describían los integrantes de la delegación argentina, todavía atónitos, la experiencia de estar allí, en Turín, jugando en el patio de Valdocco. Y no estaban solos ya que eran más de cuatro mil jóvenes de 58 países los que se reunían en aquel patio donde alguna vez Don Bosco también se animó a jugar con sus muchachos. Mientras tanto quienes los observaban y acompañaban desde diferentes partes del mundo, se conmovían al ver a tantos chicos y chicas que, aún siendo tan diversos, se hermanaban a los pies de Don Bosco.
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El
Encuentro Mundial del Movimiento Juvenil Salesiano se desarrolló entre los días 10 y 16 de agosto, como parte de los festejos por el Bicentenario del Nacimiento del santo de los jóvenes. Los primeros cuatro días transcurrieron en Turín; allí los participantes, alojados en distintas obras salesianas, se encontraban por la mañana en un microestadio cubierto, el
PalaRuffini, para un momento de oración y reflexión en torno a alguna temática que se desprendía del lema del encuentro. Por la tarde, cuatro itinerarios distintos permitían a los jóvenes visitar y recorrer algunos de los lugares más significativos de la historia salesiana y de la Iglesia en la ciudad. Así pudieron conocer, por ejemplo, el patio de Valdocco, la casita Pinardi y la Basílica de María Auxiliadora, los lugares santos de San Francisco de Asis y la presencia salesiana actual. A la vez, tanto las actividades diurnas como las nocturnas sirvieron a los participantes para disfrutar de la mayor riqueza del evento:
el encuentro con jóvenes como ellos, apasionados con la misión salesiana, que en distintas partes del mundo se comprometen con la vida de otros jóvenes.
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El sábado 15, los participantes se dirigieron a Castelnuovo, para luego llegar peregrinando al Colle Don Bosco. El domingo 16, la Eucaristía final dio por terminado el Encuentro, y marcó el regreso a sus países de origen para la mayoría de los participantes, con la satisfacción de haber cumplido uno de los sueños más grandes de sus vidas.
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Los jóvenes de nuestro país alargaron un poco más la estadía en tierra italiana, y aprovecharon para visitar la ciudad de Roma antes de emprender la vuelta, con la promesa de que esta fiesta no termina, sino que continúa, en Argentina.
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