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03 de agosto, 2017

En el lugar del otro

Malandra

Si yo hubiera nacido en tu casa
o si vos en mi casa nacías.
Si tuvieras mi plato y mi plata,
y cambiáramos vida por vida.
Si tuvieras mi suerte y mi coche
y yo toda tu furia y tu ruina,
temblarías de miedo en las noches
si me vieras cruzando tu esquina.

Malandra.
El mundo me hizo malandra.
El mundo me hizo malandra.
El mundo te quiere matar.

Si la vida que a mí me sonríe
me escupiera el desprecio en la cara,
puede ser que de frío y de hambre
algún día yo te arrinconara.
Y si yo te tirara a tu padre
o tus hijos sin madre quedaran,
no podrías dormir con la infamia
hasta el día que al fin me encontraras.

Hay un niño asesino perdido en la puerta del subte.
Ya es un tigre maldito escapado del circo de un juez.
Se ha dormido una noche de fiebre, de abril o de octubre,
en la línea fantasma que une Moscú con Belén.
Dios, no me dejes morir, no me dejes matar.
Dios, no me dejes morir, no me dejes matar.

Malandra, no me dejes morir, no me dejes matar...

Artista: Tabaré Cardozo
Álbum:Malandra (2017)

En tiempos de linchamientos, justicia por mano propia, estigmatización y discursos publicitarios sobre “seguridad social”, estacanción viene a sacudir nuestros esquemas. Empatía, compasión y compromiso, tres desafíos que nacen de este grito de murga.

Empatía.Si yo hubiera nacido en tu casa,o si vos en mi casa nacías”. ¡Cómo cuesta ponerse en lugar del otro! La empatía nos invita a sentir como el otro, ponernos en los “zapatos” del otro, aunque este Otro con mayúsculas ande por la vida descalzo, con hambre, con miedo. ¿Me animo a ponerme en el lugar del pibe “peligroso” que limpia los vidrios, el pibe “chorro” que hace malabares en el semáforo, o el “malandra” que está “destruido” y tirado en alguna esquina? El comentario fácil que apunta contra ellos no hace más que violentar la dignidad del que sufre la vida. Muchas veces es fácil opinar desde la comodidad y las seguridades, pero es necesario pisar el barro y sentir con el otro.

Compasión.“Temblarías de miedo en las noches, si me vieras cruzando tu esquina”. La compasión es aquella actitud que brota desde las entrañas y nos moviliza a actuar ante una situación de dolor. Tiene sus raíces en el Evangelio y en la accióndel Buen Pastor. No podemos mirar desentendidos a la madre que empuja un cochecito en busca de algo para comer, no nos puede no escandalizar un linchamiento y su posterior celebración como algo ejemplar, no nos puede no doler ver pibes pidiendo limosna en lugar de estar en la escuela. Si abrazamos la fe, si abrazamos la Buena Noticia, no podemos ser cómplices de la injusticia, del dolor ajeno y el sufrimiento inocente o impuesto.

Compromiso.Dios, no me dejes morir, no me dejes matar”. Por último, el desafío es no quedar en pura palabrería, sino pasar al compromiso por la defensa de los últimos, de los más débiles, de los preferidos de Dios, mediante acciones concretas. Allí donde la vida duele, donde la vida grita, aún con nuestras incoherencias y limitaciones, es donde estamos llamados a ser constructores del Reino y defensores de la Vida.

Para seguir reflexionando:

  • ¿Mediante qué acciones podemos crecer en compasión y compromiso por los demás?

  • ¿De qué manera podemos forjar un corazón de Buen Pastor?


Por Emiliano Fallilone • emiliano.filosofia@gmail.com
Boletín Salesiano, agosto 2017