15 de enero, 2015
Ella lo hizo todo
“Todo lo ha hecho María Auxiliadora”. Significativa expresión de nuestro padre Juan Bosco al final de su vida, celebrando la Eucaristía en el altar lateral de la Iglesia del Sagrado Corazón de Roma: esta certeza-recuerdo lo conmovió hasta las lágrimas.
¡Qué importancia tiene para nuestra identidad salesiana la presencia y devoción a la Virgen María bajo la advocación de Auxiliadora! ¡Y qué actualidad! En el pensamiento y en la vivencia de nuestro padre, el planteo era muy claro:
estamos trabajando con niños y jóvenes en situación de riesgo. Situaciones de abandono familiar y social. Nadie se hace cargo de estos chicos. Don Bosco empeña todas sus energías y las de sus educadores en acompañar y cuidar estas vidas tan frágiles, iniciando un proceso educativo para favorecer el crecimiento humano y espiritual de estos destinatarios. Y encuentra en esta advocación un elemento esencial: le ayuda a inculcar en el corazón y en la mente de sus chicos la certeza de que no están solos, de que
a su lado está la Madre, el auxilio para que puedan vivir sin desanimarse los tiempos difíciles que ellos, a su corta edad, deben enfrentar.
¡Qué importante es para la vida de cualquier persona, en especial en la infancia y adolescencia, sentirse acompañado, cuidado, protegido! Sentir que en los momentos difíciles, de crisis, de ausencia de amor o de abandono familiar, tengo a alguien a mi lado que me ama y me contiene en forma incondicional. Que me valora y aprecia. Y a su vez, me desafía a crecer y construirme como persona y como cristiano. En estos breves pero contundentes conceptos está la base de la pedagogía mariana de Don Bosco.
Y de ahí las pequeñas prácticas de devoción mariana que se fueron trasmitiendo e incrementando a lo largo de los años, algunas originadas en el mismo oratorio San Francisco de Sales.
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Las tres avemarías al pie de la cama.
“Madre querida Virgen María, haced que yo salve el alma mía”... Con un lenguaje propio de su tiempo, expresa el cariño de los chicos por la madre y el deseo de crecer en santidad, antes del descanso nocturno.
- El recuerdo de los 24 de cada mes y el tradicional
mes de María Auxiliadora: mes plagado de iniciativas, especialmente a nivel litúrgico, para hacer vivir y crecer esta devoción mariana.
- La
bendición de María Auxiliadora: “Bajo tu protección nos ponemos, santa Madre de Dios…. no desoigas las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades…líbranos de todo peligro….”
- Para los salesianos consagrados, la
oración de abandono, rezada cotidianamente en nuestras comunidades.
- En nuestro país, el decreto del gobierno nacional del año 1949, impulsado por el ministro de agricultura de ese tiempo, doctor Carlos Alberto Emery, donde se declara a María Auxiliadora
Patrona del Agro Argentino, especialmente fomentado en nuestras escuelas agrotécnicas.
Termino con una simpática imagen tantas veces expresada en nuestra tradición salesiana: todo joven que ingresa a nuestros patios u obras, puede recurrir siempre a cobijarse bajo el manto extendido de la Madre Auxiliadora. Allí encontrará afecto, contención, cuidado y mucho amor.
Estos pequeños y tradicionales recursos pedagógicos siguen siendo válidos, pero no olvidemos el seguir ofreciendo nuestras vidas y todo nuestro empeño educativo en favor de los jóvenes pobres y abandonados, “peligrosos y en peligro”, al estilo de María, Madre y Auxiliadora.
María, auxilio de los cristianos, ruega por nosotros. Ruega por nuestros jóvenes.
Por Carlos Bosio, sdb