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07 de octubre, 2021

El sol siempre sale: paneles solares en treinta escuelas

Desde la obra de Don Bosco se abren oportunidades de educación y trabajo a partir del desarrollo de las energías renovables.

Durante este año, en tiempo récord y en medio de las restricciones que impone la pandemia, 29 centros educativos salesianos de la inspectoría Argentina Sur instalaron equipos fotovoltaicos a través de una iniciativa coordinada por la Oficina de Planificación y Desarrollo. La intención es no sólo generar energía solar, sino también utilizarlos como herramientas de aprendizaje e innovación.

“Que tengamos un equipo para mostrarle a los pibes y que no lo vean sólo en fotos creo que lleva a entusiasmarse de otra manera”, reconoce Juan Ignacio Matrángolo, docente de la obra salesiana La Piedad, de Bahía Blanca, Buenos Aires.

El proyecto fue financiado por el gobierno alemán a través de la ONG Begeca y Don Bosco Mission, de Bonn (Alemania), y consistió en la capacitación, en el primer semestre del año, de setenta docentes y más de mil estudiantes de centros de formación profesional, escuelas técnicas y agrotécnicas, de Buenos Aires a Tierra del Fuego.

Al inicio del proyecto, sólo dos escuelas contaban con este tipo de equipos en funcionamiento. Ahora, en todas esas obras salesianas quedaron los equipos instalados y el equipamiento necesario para la enseñanza. Asimismo, los docentes capacitados asumieron el desafío de capacitar a sus estudiantes, y valoraron el trabajo en red con otros centros de formación técnica del país. La mitad de las instituciones aprovecharon la ocasión para instalar iluminación LED y un 38% incorporó termotanques solares y se capacitó al respecto.


Formar técnicos en energías renovables

En el centro de formación profesional de la obra salesiana de Mar del Plata, Buenos Aires, el curso de Instalador de sistemas eléctricos de energías renovables se dicta desde hace ya cuatro años. Y es aprovechado sobre todo por quienes ya cuentan con un oficio, pero quieren especializarse.

Alejandro de Grandis es docente allí, y fue el encargado de capacitar a los educadores de las treinta escuelas salesianas en el uso de esta tecnología: “Es un equipamiento de primera para un campo laboral que se está iniciando. El mismo panel que se instala en un gran parque solar es el que se instala en un hogar. Hay necesidad de que la gente se capacite”. 

En otras obras salesianas, esta iniciativa permitirá incorporar y mejorar la formación en energías renovables. Es el caso, por ejemplo, de la obra salesiana Pío IX, de Buenos Aires. Desde este año, el nivel secundario ofrece la modalidad de Técnico en Energías Renovables: los estudiantes comenzarán la formación específica cuando estén en tercer año, en 2023. “Las grandes empresas empiezan a necesitar mano de obra calificada para el mantenimiento y la instalación de estos equipos. Hay un campo laboral con mucha proyección —explica Sebastián Martos, director de estudios—. Y este proyecto fue clave. En la escuela técnica, cuando uno cuenta con un equipo de última generación y en el que se puede ‘meter mano’, eso motiva mucho a docentes y estudiantes”.

El Pío IX sería la tercera escuela con esta modalidad en toda la Ciudad de Buenos Aires. “Así como en la década del sesenta fue precursor con la Electrónica, hoy también necesitamos dar una respuesta nueva para nuestros chicos y chicas”, resume el rector, Hernán Carrafiello.

Algo similar sucede en la obra salesiana San José, de Rosario, Santa Fe. El secundario con título de Técnico en Energías Renovables inició en 2020, y es la única escuela que lo ofrece en la ciudad. “Algunas empresas en las que hacíamos prácticas con los alumnos hablaban de la necesidad de contar con técnicos capacitados”, explica Franco Toffoli, responsable de la modalidad. Pero sobre todo, está la búsqueda de un cambio social hacia una nueva forma de producir: “Los jóvenes vienen con una sensibilidad distinta. No basta con crear e instalar nuevas tecnologías, necesitamos cambiar el modo en que nos relacionamos entre nosotros y con la naturaleza”.


Formar a los jóvenes para el trabajo, con la mejor tecnología posible. Entusiasmarlos con el aprendizaje. Buscar hacer frente a un problema complejo con acciones concretas, que mejoran la vida del estudiante y de su comunidad. Una receta bien salesiana, aplicada hoy con energía renovada —y renovable— para los desafíos del mundo actual.


Publicado originalmente en el Boletín Salesiano (septiembre 2021)