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10 de marzo, 2017

Dar cuenta: Pensando en las políticas de inmigración

En general estas “noticias comentadas” tienen unos dos mil caracteres de extensión. En este caso, bastaría con la siguiente cita bíblica: Cuando un extranjero viva junto a ti, en tu tierra, no lo molestes. Al extranjero que viva con ustedes lo mirarán como a uno de ustedes y lo amarás como a ti mismo, pues ustedes también fueron forasteros en Egipto: ¡Yo soy Yavé, tu Dios!” (Lev 19, 33). Una vez más hace falta recordar esta Palabra, que nos obliga a pensar distinto a quienes desde variadas expresiones políticas coinciden en proponer que las leyes se “endurezcan” al tratar a los inmigrantes.

La teología de San Pablo y el Evangelio de San Juan coinciden en proclamar que el acto de amar es siempre consecuencia de reconocer que Dios nos amó primero. La cita tiene el mismo fundamento: porque Dios tomó partido por nosotros cuando éramos extranjeros, nosotros debemos tomar partido por las personas que llegan para vivir con nosotros.

Es difícil sostener desde nuestra fe la presunción que el que llega hasta nosotros, simplemente por ser extranjero, es un posible delincuente. Al menos quienes profesamos la fe en Jesús deberíamos tomar partido por una cultura que defienda y proclame la centralidad de todas las vidas. Y sentirnos felices de poder cumplir con el mandato de amar, rechazando los oportunismos que en épocas electorales plantean falsas oposiciones, porque vivimos en una tierra donde tenemos lo necesario para que todos puedan vivir en paz.

Desde el carisma salesiano, no podemos ser ajenos a los chicos y chicas que llegan a nuestras obras desde distintas partes del mundo en busca de lo mismo que llevó a Don Bosco a crear el oratorio en Turín.

Quiera Dios que algún día seamos capaces de proponer leyes que garanticen tierra, techo y trabajo para todos, y no simplemente que ataquen las consecuencias de su ausencia para quienes viven en medio nuestro.

Por Pablo Rozen

Boletín Salesiano, marzo 2017