05 de abril, 2016
Bajo el mismo sol
Cinco campamentos en simultáneo, con más de cinco mil participantes, fueron el cierre perfecto de los festejos por el centenario de los Exploradores Argentinos de Don Bosco.
Y llegó enero de 2016. Los preparativos que habían comenzado hace poco más de tres años se fueron concretando en cada uno de los campamentos. Todos los exploradores iban en la misma sintonía a partir de las catequesis desarrolladas en torno al lema común, “Queremos seguir las huellas de tus pasos”: huellas que se desglosan de la oración del explorador y que marcan el horizonte hacia el cual todo el Movimiento quiere seguir caminando. Una vez más, centenares de jóvenes se aprestaron a ser educadores de otros jóvenes, los mismos a los que acompañaron durante todo el año, sábado a sábado, ahora donando su propio tiempo de descanso y de vacaciones.
Seguir caminando sobre las huellas de otros implica que ya se recorrió un camino. Resulta intenso y emotivo pensar en celebrar cien años. En tiempos donde muchas veces parece más simple bajar los brazos, cortar o discontinuar, festejar este centenario moviliza a pensar en todos los que soñaron, enfrentaron adversidades, pero siguieron. En la perseverancia de aquellos que no pasaron de largo sino que pusieron todo... a pesar de todo.
Y por eso este verano los Exploradores lograron que haya “una nación de campamento”, donde cada lugar dio su propio color al encuentro de cada región: el santuario de la Auxiliadora en Fortín Mercedes y la fuerza de la espiritualidad mariana cobijó a la región Sur; la calidez de la tierra chaqueña abrió las puertas de la ciudad de Fontana, para recibir a la región Litoral; la Cordillera de los Andes en San Rafael, Mendoza, resultó un marco más que atractivo para el campamento de la región Norte; al pie de la patrona de Argentina y en la capital de la Fe, Luján, tuvo lugar el encuentro de la región Buenos Aires y Patagonia Austral; finalmente, el verde profundo de Marcos Paz, en la provincia de Buenos Aires, contagió de esperanza a los exploradores de la región La Plata.
Aunque separados por cientos o miles de kilómetros, el carisma de los Exploradores se hizo presente por igual en cada uno de los lugares y participantes. Particularmente, el 10 de enero: ese día todas las regiones estuvieron simultáneamente de campamento. Cada uno de los encuentros compartió gestos comunes de oración y festejo. Y todos los que vivieron los campamentos, en el sur o en el norte, en el este o en el oeste, agradecieron a Dios esta experiencia, este estilo de vida y se animaron a lanzarse con entusiasmo a estar “siempre listos” por los próximos cien años.
Por Héctor Arismende • Boletín Salesiano Argentina