En un año marcado por la atención a la salud, algunas claves para ampliar la reflexión sobre su vida a través de su cortometraje.
Hoy los profesionales de la salud son más importantes que nunca.
¿Sabías que en la Patagonia argentina, uno de ellos alcanzó la santidad?
Es Artémides Zatti, religioso y enfermero salesiano, que dedicó su vida al servicio de los pobres y enfermos de la zona de Viedma, conduciendo uno de los primeros hospitales de la Patagonia.
En un año marcado por la atención a los más sufrientes, te compartimos algunas claves para ampliar la reflexión y el conocimiento sobre su vida y obra a través de su cortometraje, “Zatti, hermano nuestro”, producido por el Boletín Salesiano.
Descargá la propuesta de actividad: http://bit.ly/zattiesencial
Mirá el cortometraje: https://youtu.be/qXWYBTRcNM8
Artémides Zatti nació en Boretto (Regio Emilia, Italia) el 12 de octubre de 1880. Su familia, empujada por la pobreza, emigró a la Argentina en 1897 y se estableció en Bahía Blanca.
A los 20 años ingresó como seminarista salesiano en Bernal, Buenos Aires. Allí le fue confiado el cuidado de un joven sacerdote tuberculoso. Artémides contrajo también la enfermedad.
En 1902 fue enviado al hospital de San José, en Viedma, donde fue acompañado por el salesiano y médico Evasio Garrone. Junto a él, pide y obtiene de María Auxiliadora la gracia de la curación, con la promesa de dedicar toda su vida al cuidado de los enfermos.
En 1908 ingresa en la Congregación Salesiana como hermano coadjutor. Comienza a ocuparse de la farmacia anexa al hospital, la única del pueblo. Tras la muerte de Garrone en 1911, queda a cargo del hospital.
Allí creció su santidad. Don Zatti dedicará cuarenta años de vida consagrada al servicio de los enfermos de la zona de Viedma y Carmen de Patagones, especialmente los más pobres. Murió el 15 de marzo de 1951.
Zatti amó a sus enfermos de manera conmovedora. Veía en ellos a Jesús mismo. Fiel al espíritu de Don Bosco, desarrolló una actividad incansable. Pero sobre todo fue un hombre de Dios. Uno de los médicos del hospital dijo: “Creo en Dios desde que conozco a Zatti”.
Fue beatificado en 2002.