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15 de marzo, 2018

A clase con Merlí

Merlí es una exitosa serie catalana que acaba de estrenar su tercera temporada en Netflix. La trama se desarrolla en una escuela pública de Barcelona, España, y tiene como protagonistas a Merlí Bergeron, un profesor de filosofía muy particular, y a su grupo de alumnos de bachillerato —equivalente a los últimos años del sistema argentino—.

Merlí es amado por sus estudiantes. Con sus luces y sombras, este docente convierte cada clase en única, la más esperada por sus estudiantes. Pero su rasgo distintivo no está sólo en la manera de presentar el contenido. Su gran anhelo es lograr que sus alumnos puedan pensar por sí mismos. Mediante el diálogo, con sus preguntas punzantes y sus críticas a lo instituido, busca sacar a sus estudiantes de los lugares comunes, construir empatía e incomodarlos para que puedan mirar al mundo y a sí mismos desde otra perspectiva.

Su lenguaje informal, su manera de presentar la filosofía y su cercanía en el aula —y fuera de ella— logran cautivar a los chicos, volviéndose un referente. Encuentran en este docente alguien en quien confiar y en quien sostener sus decisiones.

¿Pero cómo hace este Merlí para lograrlo? Su secreto está en la capacidad de percibir qué les está pasando más allá del aula. Una mirada, un gesto, una contestación fuera de lugar, una falta a clase: Merlí está atento a esas señales que dejan entrever sus estudiantes para acercarse y averiguar qué les está pasando e intentar acompañar.

Esta serie catalana no sólo propone hacer foco en el papel del profesor, sino también en la realidad de cada grupo, el equipo docente y directivo de las instituciones y principalmente en la familia. Todos ellos son protagonistas que van construyendo el camino de nuestros jóvenes.

¿Cómo hacemos de nuestra escuela un lugar donde los jóvenes quieran estar? La serie Merlí, en sus tres temporadas, nos invita a centrar la mirada en lo que le pasa al otro, aquel con el que comparto mi día, mi trabajo, el aula, mi casa y abrir el corazón hacia una actitud de encuentro y de camino conjunto.

Luego de haber visto algunos capítulos de la serie:

  • Merlí tiene muchas virtudes como docente, pero también —como cualquier persona— numerosas debilidades. ¿Qué rasgos de Merlí se podrían incorporar a la tarea docente? ¿Cuáles no son tan recomendables? ¿Te identificás con alguna?

  • Muchas veces, el ámbito educativo convive con varias situaciones que hacen difícil la tarea cotidiana. De todas maneras, como a Merlí, la misma trae grandes gratificaciones: ¿Cuáles son algunas de ellas?


Por Renzo Aguirres • redaccion@boletinsalesiano.com.ar
Boletín Salesiano, marzo 2018