Evangelio del Dia

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Jueves 10 de Julio de 2025

Mt. 10, 7-15

«Por el camino, proclamen que el Reino de los Cielos está cerca. Curen a los enfermos, resuciten a los muertos, purifiquen a los leprosos, expulsen a los demonios. Ustedes han recibido gratuitamente, den también gratuitamente. No lleven encima oro ni plata, ni monedas, ni provisiones para el camino, ni dos túnicas, ni calzado, ni bastón; porque el que trabaja merece su sustento.

Cuando entren en una ciudad o en un pueblo, busquen a alguna persona respetable y permanezcan en su casa hasta el momento de partir. Al entrar en la casa, salúdenla invocando la paz sobre ella. Si esa casa lo merece, que la paz descienda sobre ella; pero si es indigna, que esa paz vuelva a ustedes.

Y si no los reciben ni quieren escuchar sus palabras, al irse de esa casa o de esa ciudad, sacudan hasta el polvo de sus pies. Les aseguro que, en el día del Juicio, Sodoma y Gomorra serán tratadas menos rigurosamente que esa ciudad.»

La Palabra me dice


La misión comienza en el camino. Por eso existe un movimiento en nuestra fe. Somos testigos ofreciendo esperanza al mundo. Un mundo que sufre tanto, tanto dolor, por las guerras, la violencia, la pobreza. Pero el Señor nos pide a los cristianos que seamos siempre este testimonio vivo. Vivir nuestra fe, sentir en nuestro corazón que Jesucristo está presente y saber que Él siempre nos acompaña en nuestro camino. Tenemos que caminar juntos. Es la Iglesia sinodal que intentamos vivir en nuestras comunidades.


Con corazón salesiano


Para Don Bosco, educar comporta una actitud especial del educador y un conjunto de intervenciones, basados en convicciones de amor, de razón y de fe. En el centro de su visión está la “caridad pastoral”. Se trata de buscar de manera particular el bien espiritual de los jóvenes, su salvación, su bien integral («Da mihi animas»). El Sistema Preventivo encuentra su fuente y su centro en la experiencia de la caridad de Dios que previene a toda criatura con su Providencia, la acompaña con su presencia y la salva entregando la vida (cfr. Const. 20). Don Bosco tenía una profunda fe en la bondad y en la paternidad misericordiosa de Dios. La elección de San Francisco de Sales como ejemplo para sus colaboradores y como protector de su Congregación lo confirma.


A la Palabra, le digo


Acrecienta nuestra fe, Señor, para dar testimonio personal y comunitario de la esperanza con quienes convivimos diariamente y con aquellos a quienes somos enviados.