La Palabra me dice
La multitud está a la vuelta de la esquina. No podemos mirar para otro lado. Nuestras hermanas y hermanos nos están esperando. Hemos recibido la invitación de Jesús para trabajar con él ¡Qué interesante es la vocación cristiana de anunciar la Buena Noticia y de testimoniar la fe! Sin embargo, comenzamos a estar con Jesús cuando tenemos sus mismos sentimientos. Cuando somos capaces de tener compasión porque vemos, sentimos y experimentamos nuestras fatigas, nuestras dificultades, nuestros dolores, que son propios y que son de los otros. Ahí vamos a trabajar: acompañamos, caminamos juntos, creamos la sinodalidad, ayudamos con comida, con dinero, con educación, con techo, con oración. Es lo que nos pide Jesús. Lo que no podemos ni debemos hacer es estar ausentes en este proceso existencial humano que nos lleva a estar con Dios. “Los cristianos deben ser atentos y compasivos”, nos recuerda el Papa León XIV.
Con corazón salesiano
La misión salesiana está iluminada por la praxis de Don Bosco. Ofreció toda su vida por los jóvenes, en un proyecto de vida fuertemente unitario: su vida sacerdotal y su acción educativa, sus múltiples relaciones y su profunda interioridad, todo, estaba orientado al servicio de los jóvenes. Un servicio que les ayudó a crecer, haciéndolos ser ellos mismos protagonistas mediante su proyecto de vida. Dios no deja de llamar a muchos otros para continuar esta misión de Don Bosco en favor de los jóvenes. Entre ellos, los salesianos religiosos (SDB) son consagrados por Dios, reunidos y enviados para ser en la Iglesia signos y portadores del amor de Dios a los jóvenes, especialmente a los más pobres. Juntamente con ellos, comparten la misión de Don Bosco otros grupos de la Familia Salesiana, según sus específicas vocaciones y su propio estilo de vida. Es un amplio movimiento de personas y de grupos, mujeres y varones, pertenecientes a las más diversas condiciones de vida que constituyen el Movimiento Salesiano.
A la Palabra, le digo
Danos Señor la luz suficiente para considerar la compasión en nuestra vida como la tuviste con tus semejantes para salir al encuentro de quien necesite.
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