Evangelio del Dia

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Domingo 18 de Mayo de 2025

Jn. 13, 31-33a. 34-35

Después que Judas salió, Jesús dijo: «Ahora el Hijo del hombre ha sido glorificado y Dios ha sido glorificado en él. Si Dios ha sido glorificado en él, también lo glorificará en sí mismo, y lo hará muy pronto. Hijos míos, ya no estaré mucho tiempo con ustedes. Les doy un mandamiento nuevo: ámense los unos a los otros. Así como yo los he amado, ámense también ustedes los unos a los otros. En esto todos reconocerán que ustedes son mis discípulos: en el amor que se tengan los unos a los otros».

La Palabra me dice


“El Hijo del hombre ha sido glorificado”. ¿Cómo hablar de gloria cuando comienza la muerte? Para muchos, la cruz es un signo del aparente fracaso de Dios. Para otros es escándalo dice San Pablo. Pero el amor jugado hasta el extremo debe ser atravesado en el madero de la Cruz. La muerte ya estaba glorificada, ¿cómo no glorificar el amor que fue una constante en la vida de Jesús y que en la cruz se hizo entrega total?

La glorificación del Hijo tiene su raíz en un amor total que se entrega hasta morir en la cruz. Porque la resurrección es fruto de este AMOR insondable de nuestro Señor.

“Así como yo los he amado, ámense también ustedes los unos a los otros”. El estilo de amar de Jesús es inconfundible: sólo busca el bien de cada persona, ofrece amistad, ayuda a vivir, poniéndose al servicio de quienes lo necesitan, defiende a los débiles y pequeños, se acerca a quienes están solos y desvalidos… Los seguidores de Jesús, deberían distinguirse no por cualquier amor, sino justamente por este estilo de amar que consiste en acercarnos a quienes nos necesitan y no sólo a aquellos que nos quiere. “En esto todos reconocerán que ustedes son mis discípulos: en el amor que se tengan los unos a los otros». Si nuestra forma de amar es como Jesús amó otros también conocerán al Dios de la Vida. En esto consiste hacer trasparente el amor que Dios tiene por la humanidad.

La comunidad de discípulos del Resucitado son aquellos que se sienten amigos del Señor y se sienten nuevamente invitados a AMAR al estilo de Jesús.


Con corazón salesiano


El Oratorio en Valdocco y el Taller en Mornese fundaron experiencias fundantes de amor entregado y de amor recíproco. Don Bosco nos decía: “El que sabe que es amado, ama, y el que es amado lo consigue todo, especialmente de los jóvenes”, “…las cosas no marchan bien cuando falta el amor”. Y Madre Mazzarello: “Hagan con libertad lo que pide el amor”, “Aprende a amar el modo de ser de cada una”.

El amor sana, abre los corazones, genera confianza es el gran gesto y la gran posibilidad ante la vida de cada joven. El amor genera comunidad, genera familia. El amor es el hilo primordial de la pedagogía salesiana.

Don Bosco y Madre Mazzarello estaban convencidos que el amor saca lo mejor de cada joven, despierta la inteligencia creativa del amor, hace crecer la vida interior, fortalece una actitud positiva, activa la resiliencia sanadora de toda historia sufriente.


A la Palabra, le digo


Hacer vida el mandamiento del amor se traduce en la coherencia.

Testimonio de coherencia: Ser lo que se es. Hablar lo que se cree. Creer lo que se predica. Vivir lo que se proclama. Hasta las últimas consecuencias y en las menudencias diarias.

La disposición habitual. Para el testimonio del martirio.

- Pedro Casaldáliga, Al acecho del Reino. Antología de textos 1968 - 1988