La Palabra me dice
“Voy a celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos”. ¿Cómo te resuenan estas palabras dirigidas directamente a vos? Jesús que elige: 1. Ir a tu casa 2. Celebrar la Pascua allí 3. Va con sus discípulos. Se llenó la casa. ¿Quiénes son los discípulos de Jesús de hoy que irían a tu casa? ¿Qué tipo de gente? ¿Qué Pascuas viviste en éstos tiempos que quiere celebrar? ¿Qué pasos de liberación diste (o Dios te posibilitó vivir) desde la Pascua anterior? ¿Qué motivos de celebrar? ¿quedan “cebollas de Egipto” que seguís llorando? ¿Qué sensación te da que venga a tu casa? ¿Cómo está? ¿quiero que venga? Mañana empieza el triduo pascual y Jesús elige ir a tu casa a pasarlo con vos. Qué buena imagen, ¿no?
Con corazón salesiano
Cuando un niño, adolescente, joven llega a una casa salesiana, es Jesús que quiere entrar y hacer Pascua de ese lugar, es Jesús que quiere que ellos hagan Pascua en esa casa. Toda casa salesiana se hace Pascua para los jóvenes cuando, como fue el Oratorio, se hace espacio posibilitador de transformaciones, de sanación, de construcción de personalidades resilientes y proactivas. Es casa donde Jesús celebra su Pascua porque genera cambios en los corazones.
A la Palabra, le digo
Jesús, en estos días no quiero perder tanto tiempo en “preparar” mi casa para que elijas venir. Estos días quiero disfrutar que Vos quieras celebrar tu Pascua en mi casa, en mi vida, con tus amigos. Estoy feliz con tu presencia, aunque reconozco que me distraigo. Te espero, vení, trae a tus amigos la paz, la misericordia, el perdón.
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