La Palabra me dice
Está claro a la luz de esta Palabra, que no existe ofrenda agradable a Dios, si no existe primero un corazón capaz de perdón, de fraternidad. No se puede engañar a Dios, con un culto que no pase por la reconciliación con los hermanos. Que busquemos siempre cuidar el encuentro con Dios, cuidando el encuentro con los hermanos. Caminar juntos, es siempre un desafío, una exigencia, pero solamente caminando en comunidad y no como cantor solista, podemos hacer que la ofrenda a Dios le sea agradable.
Con corazón salesiano
Don Bosco va lograr una mirada positiva, optimista, frente a cada muchacho que llega al oratorio. Aún en el más rebelde existe un corazón capaz de abrirse a la amistad con Dios, y con los demás. A cada uno lo ayudará a saber asumir su propio camino de superación. Les señala a todos la meta, la santidad, pero con paciencia va cuidando y acompañando a cada uno.
A la Palabra, le digo
Gracias Jesús porque tu Amor ofrecido en cada Eucaristía, me fortalece para amarte buscando el bien de los hermanos. Que siempre mi ofrenda nazca de un corazón reconciliado.
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