Evangelio del Dia

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Viernes 10 de Enero de 2025

La Palabra dice


Lc. 4, 14-22a

Jesús volvió a Galilea con el poder del Espíritu y su fama se extendió en toda la región. Enseñaba en sus sinagogas y todos lo alababan.

Jesús fue a Nazaret, donde se había criado; el sábado entró como de costumbre en la sinagoga y se levantó para hacer la lectura. Le presentaron el libro del profeta Isaías y, abriéndolo, encontró el pasaje donde estaba escrito: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado por la unción. Él me envió a llevar la Buena Noticia a los pobres, a anunciar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, a dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor.»

Jesús cerró el Libro, lo devolvió al ayudante y se sentó. Todos en la sinagoga tenían los ojos fijos en él. Entonces comenzó a decirles: «Hoy se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban de oír».

Todos daban testimonio a favor de él y estaban llenos de admiración por las palabras de gracia que salían de su boca. 

La Palabra me dice


Animado por el Espíritu Santo, Jesús vuelve a Galilea y comienza a anunciar la Buena Noticia del Reino de Dios. Yendo por las comunidades y enseñando en las sinagogas llega a Nazaret, donde se había criado. Volvía a la comunidad en la que, desde pequeño, había participado en las celebraciones durante treinta años. El sábado siguiente, según acostumbraba, va a la sinagoga para estar con la gente y participar en la celebración.

Jesús se levanta para hacer la lectura: Elige el texto de Isaías que habla de los pobres, de los presos, de los ciegos y de los oprimidos. El texto refleja la situación de la gente de Galilea en el tiempo de Jesús. En nombre de Dios, Jesús toma postura en defensa de su pueblo y, usando las palabras de Isaías, define su misión: anunciar la Buena Nueva a los pobres, proclamar la libertad a los cautivos y a los ciegos que pronto van a ver, despedir libres a los oprimidos.

Y también aclara: no es algo que se me ocurre a mí, sino que viene de Dios… Dios quiere que todos vivamos bien, y, justamente, era algo que no sucedía…


Con corazón salesiano


El sueño de Don Bosco y su acción misionera, es hacer realidad la profecía de Isaías para los jóvenes: que pueda anunciarles la Buena Noticia, que pueda ayudarlos en su liberación de lo que los oprime y achica su horizonte vital, que sepa enseñarles a ver, que los eduque para que desarrollen su libertad, que puedan hacer de su vida un tiempo de gracia y salvación.


A la Palabra, le digo


Que abracemos profundamente, Señor, la causa de tu Reino. Danos tu Espíritu que nos consagre, nos envíe y nos ponga palabras adecuadas para anunciar que hoy está llegando tu Reino, que, tozudamente, la esperanza se abre paso entre nosotros.