La Palabra me dice
Y la recomendación más esperada es la que Jesús hoy nos dice en esa extraña y breve parábola: hagan la experiencia con la naturaleza y se van a dar cuenta que la vida está latente. El fin de los tiempos tiene que ocurrir para seguir con la eternidad. Es que Jesús no tiene fin ni nunca lo tendrá. Nos preparamos para ese pasaje.
Con corazón salesiano
Don Bosco encontró en el contacto con la naturaleza un óptimo recurso para catequizar a sus muchachos. Él mismo lo dice: “Imposible explicar el entusiasmo que estos paseos suscitaban en los jóvenes. Felices con aquella mezcla de devoción, juegos y paseos, se encariñaban de tal forma con-migo que no sólo eran obedientísimos a mis órdenes, sino que ansiaban les confiara cualquier encargo que tuvieran que realizar. Cierto día, al comprobar cómo lograba el silencio entre unos cuatrocientos muchachos que saltaban y alborotaban en el prado con un simple gesto de la mano, un guardia exclamó: «Si este cura fuera un general de armada, podría combatir contra el más poderoso ejército del mundo». Realmente la obediencia y afecto de mis alumnos rayaba en la locura”.
A la Palabra, le digo
Renueva Señor mi mirada. Sobre mi persona, hijo tuyo sostenido por tu amor. Sobre la iglesia, tu esposa sin mancha por la que diste la vida. Sobre los que sufren, que son parte de tu cuerpo esperando nuestra ayuda, Amen.
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