La Palabra me dice
El apóstol Pedro expresa acerca de Jesús que “pasó haciendo el bien” (Hech 10,38). Él fue un testigo privilegiado de la actividad incansable de su Maestro para hacer presente el Reino por medio de la palabra y de las obras. Simón Pedro lo recibe en su casa, y allí presencia la sanación de su suegra. Más tarde, allí mismo Jesús recibe a enfermos y endemoniados que son sanados y liberados. Pedro contempla y es seguramente confrontado por este amor inmenso del maestro hacia los más desposeídos y frágiles de la sociedad. Jesús quiere darse a cuántos más puede, y por eso la Buena Noticia del Reino debe ser anunciada en todas partes. Esta será su misión, la que Pedro presenciará, testimoniará e imitará fielmente.
Con corazón salesiano
Don Rúa testimonia acerca de Don Bosco: “No dio un paso, ni pronunció palabra, ni acometió empresa que no tuviera por objeto la salvación de la juventud. Lo único que realmente le interesó fueron las almas”. Nuestro padre también pasó haciendo el bien a lo largo de su vida, y los salesianos y salesianas a lo largo y a lo ancho del mundo queremos seguir imitándolo en su entrega denodada por el bien de los y las jóvenes, en especial los más pobres y abandonados.
A la Palabra, le digo
Señor Jesús, que no nos cansemos de hacer el bien. Que en cada jornada, desde el amanecer y hasta el anochecer, estemos con el corazón dispuesto a brindarnos con amor hacia los demás, y en especial a los más necesitados y frágiles.
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