Evangelio del Dia

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Lunes 15 de Julio de 2024

La Palabra dice


Mt. 10, 34—11, 1

«No piensen que he venido a traer la paz sobre la tierra. No vine a traer la paz, sino la espada. Porque he venido a enfrentar al hijo con su padre, a la hija con su madre y a la nuera con su suegra; y así, el hombre tendrá como enemigos a los de su propia casa.

El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; y el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí. El que no toma su cruz y me sigue, no es digno de mí. El que encuentre su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí, la encontrará. El que los recibe a ustedes, me recibe a mí; y el que me recibe, recibe a aquel que me envió. El que recibe a un profeta por ser profeta, tendrá la recompensa de un profeta; y el que recibe a un justo por ser justo, tendrá la recompensa de un justo.

Les aseguro que cualquiera que dé de beber, aunque sólo sea un vaso de agua fresca, a uno de estos pequeños por ser mi discípulo, no quedará sin recompensa».

Cuando Jesús terminó de dar estas instrucciones a sus doce discípulos, partió de allí, para enseñar y predicar en las ciudades de la región.

La Palabra me dice


Jesús como todo ser humano tiene familia y ellos lo andaban buscando, tal vez preocupados por lo que oían decir de él o porque no entendía su misión. Es lógico que su familia esta desconcertada. Durante treinta años Jesús llevo una vida, diríamos en términos de hoy, normal. Jesús heredó el oficio de su padre y desde su primera juventud hasta su plena adultez, por lo que sabemos, sólo se dedicó a estar con los suyos y a su trabajo; nada de extraordinario. Nadie en Nazaret sospechaba que allí vivía el futuro profeta de la Galilea.

Jesús está en la sinagoga enseñando (Mt 12, 9), probablemente de Cafarnaún (esta sinagoga está frente a la casa de Pedro, donde Jesús vivía, luego de abandonar Nazaret). Allí se presenta su madre y sus hermanos (adelphoi -adelfoi). Jesús luego de recibir el aviso, interrumpe su enseñanza, y sin más lanza una pregunta, que para la audiencia y para su familia carnal es desconcertante. La pregunta parece encerrar un desconocimiento. Pero inmediatamente señala a sus discípulos y discípulas como su nueva familia. Jesús va más allá de los vínculos de sangre. No los rechaza, pero no queda ligado exclusivamente a ellos. Para Jesús su madre y sus hermanos son los que realizan la voluntad del Padre. Con esta afirmación, Jesús rompe toda barrera. Cualquier ser humano puede tener un vínculo tan estrecho con él, como el que puede tener una madre con un hijo o un hermano con otro hermano. Hacer la voluntad del Padre es hospedar a Jesús y a su mensaje, esto es lo que hace que los seguidores del Galileo sean su familia.


Con corazón salesiano


Don Bosco da los recuerdos a los primeros misioneros venidos a la Argentina.

El proceso personal de crecimiento en la espiritualidad que Don Bosco relata en las Memorias del Oratorio y las Vidas de Domingo Savio, Miguel Magone y Francisco Besucco.


A la Palabra, le digo


Volvemos a sentir tu invitación exigente. Nos damos cuenta, desde nuestra historia, que apoyados sólo en nosotros, este es un recorrido imposible. Por eso renovamos el deseo de concentrarnos en tu persona y tus opciones. Y desde ahí dejarnos moldear por tus caminos y proyectos.