Evangelio del Dia

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Jueves 11 de Julio de 2024

La Palabra dice


Mt. 10, 7-15

«Por el camino, proclamen que el Reino de los Cielos está cerca. Curen a los enfermos, resuciten a los muertos, purifiquen a los leprosos, expulsen a los demonios. Ustedes han recibido gratuitamente, den también gratuitamente. 

No lleven encima oro ni plata, ni monedas, ni provisiones para el camino, ni dos túnicas, ni calzado, ni bastón; porque el que trabaja merece su sustento. Cuando entren en una ciudad o en un pueblo, busquen a alguna persona respetable y permanezcan en su casa hasta el momento de partir. 

Al entrar en la casa, salúdenla invocando la paz sobre ella. Si esa casa lo merece, que la paz descienda sobre ella; pero si es indigna, que esa paz vuelva a ustedes. Y si no los reciben ni quieren escuchar sus palabras, al irse de esa casa o de esa ciudad, sacudan hasta el polvo de sus pies. Les aseguro que, en el día del Juicio, Sodoma y Gomorra serán tratadas menos rigurosamente que esa ciudad.»

La Palabra me dice


El texto de hoy añade dos nuevas instrucciones: a) el salario de los enviados (vv. 9-10); y b) el recibimiento de los misioneros (vv. 11-15).

a) La misión no necesita seguridades económicas extras. Jesús sabe perfectamente que para ir a un lugar hay que pagar un transporte o pagar o un peaje, que el camino puede ser largo y necesitan de alojamiento, comida, etc. Lo que quiere es que no pongan el éxito de la misión en sus propios recursos. El oro y la plata no expulsan ni curan ningún mal y el Reino de los Cielos no se enraíza en el corazón del ser humano con el brillo de estos metales. El oro y la plata más bien van hacer fracasar la misión. Si ellos trabajan con toda dedicación en la misión no les va a faltar nada y esto se puede constatar en tantos hermanos que han dado todo de sí y a ellos no les ha faltado nada.

b) Los misioneros tienen necesidad de alojamiento y la recomendación es muy sana y sensata: busquen a alguna persona de confianza que les brinde un lugar donde descansar. Además esta casa les tiene que servir como lugar de reunión para todos los que viven en ese pueblo. La casa que abre sus puertas a los enviados, también las abre a sus vecinos y conocidos. Esta apertura es clave para que la paz descienda a esa casa y a todos los que allí se reúnan. En la antigüedad cristiana la casa era el lugar de las reuniones litúrgicas y de instrucción. La casa es el lugar natural para la experiencia cristiana, ya que reúne las condiciones necesarias para la comunicación, la ayuda mutua y sobre todo para compartir el calor de la fraternidad.


Con corazón salesiano


Don Bosco evangelizador a tiempo y destiempo, en el camino de los jóvenes, "ahora mismo"... sin esperar el momento oportuno, sin dejar pasar la ocasión de anunciar.

La fuerte confianza en el amor providente de Dios daba fuerza al testimonio misionero de nuestro padre.

Los jóvenes son co-fundadores, ayudantes... los jóvenes "evangelizan" a Don Bosco, él los recibe hospitalariamente y se deja renovar por ellos...


A la Palabra, le digo


María Auxiliadora, quiero corresponder a tanto amor, imitar la entrega de Jesús en la misión. Te ofrezco mi trabajo de este día como respuesta al llamado a ser discípulo y misionero, sabiendo que el modo más eficaz de comunicar a Dios es con el testimonio de vida. Concédeme que, contigo como Maestra y Auxilio, pueda mostrar a Dios a los demás. Amén.