La Palabra me dice
“Por el camino”. Donde estemos, donde nos toque pasar, ser testigo del Reino, anunciando. Es una invitación, que puede parecer una obligación, como cuando expresamos “nobleza obliga”, es algo que corresponde hacer, como una “respuesta” a los vivido, a lo recibido. No con grandes demostraciones, con el propio testimonio. Sin tanta cosa, la propia vida cotidiana.
Con corazón salesiano
La Divina Providencia, está presente fuertemente en este texto. Don Bosco, desde su pequeñez, desde sus 9 años en el sueño, que este año cumple 200 años; nos invita a confiar en ella, en abandonarle nuestra preocupaciones y Dios proveerá para el camino, para la misión, para dar respuesta a las pibas y pibes que nos vamos cruzando.
A la Palabra, le digo
Jesús te pido que me regales un corazón capaz de ser gratuito, sin esperar nada a cambio. Capaz de darme sin cansarme de dar.
|