Evangelio del Dia

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Jueves 25 de Abril de 2024

La Palabra dice


Mc. 16, 15-20

Entonces les dijo: «Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la creación. El que crea y se bautice, se salvará. El que no crea, se condenará. Y estos prodigios acompañarán a los que crean: arrojarán a los demonios en mi Nombre y hablarán nuevas lenguas; podrán tomar a las serpientes con sus manos, y si beben un veneno mortal no les hará ningún daño; impondrán las manos sobre los enfermos y los curarán».

Después de decirles esto, el Señor Jesús fue llevado al cielo y está sentado a la derecha de Dios. Ellos fueron a predicar por todas partes, y el Señor los asistía y confirmaba su palabra con los milagros que la acompañaban.

La Palabra me dice


El tiempo pascual es tiempo de ser verdaderos “Discípulos misioneros”. Es el ejemplo del evangelista Marcos cuya fiesta litúrgica de hoy nos ayuda a tomar con fuerza renovada el ser “Iglesia en salida”, de la que nos habla el Papa Francisco. Jesús nos pide “ir por todo el mundo, anunciar la Buena Noticia, a toda la creación”. Los signos de la presencia de Dios nos acompañarán.


Con corazón salesiano


En el cuadro de María Auxiliadora que hizo pintar Don Bosco, aparece el evangelista Marcos sentado sobre un león simbolizando su manera de presentar a Cristo. San Marcos contempla a María como la Madre del que anunció el Evangelio. La Auxiliadora se nos presenta en una visión eclesial amplia. Es Reina, en primer lugar, de Apóstoles y evangelistas, es la que da fuerzas a toda la tarea evangelizadora de la Iglesia.

Recordemos por eso hoy el impresionante “sueño” profético que Don Bosco tuvo sobre las misiones. Durante su estadía en Barcelona en 1886 soñó que un personaje le ordena: “Traza una línea desde Valparaíso, Chile, pasando por el centro de África hasta Pekín, en China”. Y Don Bosco cuenta que en esa franja del mundo ve montañas, colinas, mares, gente de países muy pobres con condiciones básicas deterioriadas y a muchos niños y niñas que encuentran en los salesianos a sus padres y en las Hijas de María Auxiliadora a sus madres. Percibe enormes dificultades: las distancias, la escasez de salesianos, las persecuciones. Pero también siente la presencia de la Maestra que le guía y anima. Ve multiplicarse los centros educativos y las casas para la formación de salesianos. Y cuando Don Bosco terminó de relatarlo dijo: “¡Cuánto nos ama María!”.


A la Palabra, le digo


Gracias,  Señor Jesús, por pertenecer a tu comunidad, la Iglesia.

Ayúdanos, con la ayuda de tu Madre Auxiliadora, a ser verdaderos discípulos y misioneros de tu Evangelio. Que podamos continuar con los sueños  de evangelización de san Juan Bosco guiados por Ella.