Evangelio del Dia

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Viernes 01 de Diciembre de 2023

La Palabra dice


Lc. 21, 29-33

Y Jesús les hizo esta comparación: «Miren lo que sucede con la higuera o con cualquier otro árbol. Cuando comienza a echar brotes, ustedes se dan cuenta de que se acerca el verano. 

Así también, cuando vean que suceden todas estas cosas, sepan que el Reino de Dios está cerca. Les aseguro que no pasará esta generación hasta que se cumpla todo esto. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.»

La Palabra me dice


No siempre es fácil entender a los demás. A veces no llegamos a comprender aunque los demás nos expliquen aquello que nos quieren hacer ver. Otras veces hay situaciones tan obvias, que nos pasan frente a los ojos y podemos no reconocerlas. La atención es lo que marca la apertura o cerrazón a lo nuevo que viene o que está sucediendo, aunque no me dé cuenta de eso. En la vida hay indicadores que expresan el proceso de la salud y el crecimiento de las cosas, personas, y vínculos.

Jesús, como maestro de sus discípulos, hoy nos enseña a mirar en profundidad, a mirar reconociendo los frutos que indican en el árbol un proceso que no depende del mismo árbol, pero que influye en su estado actual. Pido al Señor que me ayude a crecer en conciencia: ¿hay cosas, sueños, decisiones, personas en mi vida de las que estoy huyendo y que hoy no llegué a darles espacio, ni a contemplarlas con una atención total?

Jesús nos muestra que la naturaleza misma de la vida que el Padre nos da, es sabia. Puedo estar buscando respuestas más allá de mí, sin reconocer que ellas están ya en mi vida. Focalizar mi mirada desde la contemplación vital de la existencia, donde Dios manifiesta sus signos de amor. Me pregunto en mi vida: ¿cuáles son esos indicadores que manifiestan que se está realizando el reino de Dios?

Con corazón salesiano


Los santos confían en las palabras de Jesús que consuelan, dignifican, liberan, movilizan a la conversión, humanizan... Don Bosco tuvo subrayados del Evangelio que conmovían su vida como la figura del buen pastor, la imagen del padre misericordioso, y la parábola del buen samaritano. ¿En cuáles palabras y promesas del Señor creo con más fuerza? ¿Las conozco y busco crecer en escucha de sus palabras que recrean y alientan mi vida? ¿Cuáles de ellas me edifican con más fuerza?

A la Palabra, le digo


Señor, Maestro y amigo, gracias porque puedo reconocerte presente en mi vida cotidiana.

Ayúdame a reconocer tantos signos de amor donde manifiestas tu Reino que llega. Ayúdame a confiar en tus promesas de amor, y a vivir con la esperanza puesta en tu Palabra.