La Palabra me dice
Discípulos que quieren aprender a rezar. Otros maestros que enseñan también. Y Jesús que despierta el deseo de rezar… y que enseña a hacerlo.
Es viendo a Jesús rezar como los discípulos quieren también aprender a orar. No lo dicen directamente pero bien podrían haberlo dicho: “queremos rezar como vos.” Hay muchas escuelas, muchas filosofías, también hoy. Muchos caminos se nos presentan, diversas opciones. En el mejor de los casos algunas beben en milenarias tradiciones o en corrientes de espiritualidad consolidadas, mientras que muchas otras solo son producto de nuestra cultura actual del bienestar. Claro que no todo es oración para el cristiano.
Jesús nos deja en la oración del Padrenuestro un verdadero tesoro para nuestra oración. En el Padrenuestro nos dirigimos a Dios, lo llamamos de una forma cercana (“Abba” en el original), damos alabanza al Padre a la vez que hacemos nuestras peticiones. Pero tal vez la riqueza más grande sea otra: que de esta oración que hace Jesús a su Padre, todos nosotros participamos. Unirnos a la oración de Jesús es el camino más seguro para hacer una auténtica oración cristiana que nos relacione con Dios y que sea invitación a los demás para rezar también. |