Evangelio del Dia

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Viernes 16 de Junio de 2023

La Palabra dice


Mt. 11, 25-30

En aquel tiempo, Jesús dijo: «Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así lo has querido. Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo sino el Padre, así como nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. 

Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré. Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio. Porque mi yugo es suave y mi carga liviana».

La Palabra me dice


En este día en que celebramos la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús, la liturgia nos ofrece un hermoso Evangelio para rezar y reflexionar. En muchos textos de los Evangelios, se nos presenta a Jesús rezando, buscando momentos de encuentro personal con el Padre, yendo al templo para las fiestas litúrgicas a rezar, e incluso enseñando a rezar cuando los discípulos se lo piden, en la bonita, concreta y sencilla oración del Padrenuestro. Pero el texto de este día nos muestra a Jesús rezando, a Jesús abriendo su corazón al Padre, y nosotros podemos asomarnos para descubrir que había dentro de ese corazón que tanto amó a la humanidad, al punto de entregar su vida por ella.

La oración de Jesús tiene un tono de alabanza a Dios por la maravilla de manifestar su Reino a los sencillos, a los pequeños. Este es el camino que Dios ha elegido para sembrar en la historia las semillas del Reino. Y luego Jesús convoca a los predilectos de Dios, a los afligidos y agobiados, para que vayan junto a Él para encontrar el alivio y el consuelo.

Descubriendo esta oración de Jesús, podemos pensar y meditar ¿cuando alabamos a Dios? y ¿cuales son las causas por las que lo hacemos? Qué lindo y que bueno profundizar nuestro discipulado, asumiendo el modo de Jesús. También es bueno preguntarnos a la luz de este Evangelio ¿dónde buscamos el consuelo a nuestras aficiones, sin en Jesús, que es quien en verdad puede ayudarnos y darnos su paz, o buscamos consuelo en cosas que colman el momento y después nos dejan vacíos y tristes de nuevo.

Con corazón salesiano


En este día del Sagrado Corazón cómo no recordar los esfuerzos de Don Bosco por conseguir los recursos y terminar la construcción del Santuario dedicado a esta devoción en la ciudad de Roma. En nuestra tradición salesiana siempre se ha tenido el mes de junio como el mes del Sagrado Corazón, un mes en el que la alegría y la fiesta eran importantes para celebrar el amor de Dios hecho cercanía y presencia en tantas cosas lindas que nos acontecen cada día.

A la Palabra, le digo


Hoy es un día especial para darle gracias a Dios y alabarlo por tantas bendiciones, acontecimientos bellos que en nuestra vida van sucediendo. Quiera el mismo Dios que reconociendo su acción en nosotros, seamos agradecidos con Él y lo alabemos con un corazón sencillo.