Evangelio del Dia

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Lunes 05 de Junio de 2023

La Palabra dice


Mc 12, 1-12

Jesús se puso a hablarles en parábolas: «Un hombre plantó una viña, la cercó, cavó un lagar y construyó una torre de vigilancia. Después la arrendó a unos viñadores y se fue al extranjero. A su debido tiempo, envió a un servidor para percibir de los viñadores la parte de los frutos que le correspondía. Pero ellos lo tomaron, lo golpearon y lo echaron con las manos vacías. De nuevo les envió a otro servidor, y a este también lo maltrataron y lo llenaron de ultrajes. Envió a un tercero, y a este lo mataron. Y también golpearon o mataron a muchos otros. Todavía le quedaba alguien, su hijo, a quien quería mucho, y lo mandó en último término, pensando: "Respetarán a mi hijo". Pero los viñadores se dijeron: "Este es el heredero: vamos a matarlo y la herencia será nuestra". Y apoderándose de él, lo mataron y lo arrojaron fuera de la viña. ¿Qué hará el dueño de la viña? Vendrá, acabará con los viñadores y entregará la viña a otros. ¿No han leído este pasaje de la Escritura: La piedra que los constructores rechazaron ha llegado a ser la piedra angular: esta es la obra del Señor, admirable a nuestros ojos?». 

Entonces buscaban la manera de detener a Jesús, porque comprendían que esta parábola la había dicho por ellos, pero tenían miedo de la multitud. Y dejándolo, se fueron.

La Palabra me dice


El Espíritu como regalo de la Pascua, es una presencia siempre actuante en la historia y en nuestra vida. Desde lo secreto del corazón pedimos que venga a nosotros y nos llene con su luz que todo lo penetra y trasciende: https://www.youtube.com/watch?v=xjGJwK0JcrQ Como la brisa-Letra y Música de Jesús Adrián Romero 

La llamada “parábola de los viñadores asesinos” es un resumen de la historia de Israel, esto es lo que nos trae el evangelio de hoy, donde se describe parte del conflicto con los sacerdotes, los ancianos y los escribas. Jesús da a conocer a los escribas y ancianos cuál es el origen de su autoridad: Él es el Hijo, el heredero. Al mismo tiempo denuncia el abuso de autoridad de los viñadores (sacerdotes y ancianos), que manipulan la religión porque no quieren perder la fuente de sus ingresos. Pero la tentación del poder es permanente, y para todos, por eso vale la pena que nos confrontemos con valentía y sinceridad con el mensaje del evangelio. Una lectura honesta del texto nos obliga a preguntarnos si El Señor es la piedra fundamental en nuestras vidas o si, por el contrario, es un estorbo, una piedra de tropiezo. Si nosotros no respondemos a sus expectativas, Dios “dará el viñedo a otros” y seguirá abriendo caminos nuevos a su proyecto de salvación con otras gentes que produzcan los frutos de justicia que él quiere en su viñedo. Hoy más que nunca conviene tener claro el proyecto de Jesús y la intención de los hombres de poder.

Mucho nos quejamos porque hoy nuestra Iglesia está en crisis… ¿No estará Dios preparando el camino para el nacimiento de una Iglesia más fiel a su proyecto del reino? ¿No es necesaria esta crisis para que nazca una Iglesia menos poderosa pero más evangélica, menos numerosa pero más entregada a hacer un mundo más humano? ¿No vendrán nuevas generaciones más fieles a Dios?

Con corazón salesiano


Cuando hablamos de viñas y viñedos el corazón me lleva a evocar a Madre Mazzarello. 
Maín, nació en un ambiente de viñateros, y conoció de cerca el trabajo exigente que implica cultivar la tierra, cuidar las vides, podar los sarmientos, esperar y cosechar los frutos. “¿Qué hará el dueño de la viña?” dice el evangelio respecto a los viñadores asesinos, y hoy podemos pensar en tantos que roban la vida de los y las jóvenes, que matan y les arrebatan sus sueños. Pidamos a Maín a no pasar de largo ante el grito de algún joven, y que nos enseñe a cuidar la vida sobre todo la de aquellos/as más rotos, más vulnerables y heridos. Y que como María Mazzarello no nos cansemos de “ayudar a vivir”

A la Palabra, le digo


“No tienes manos, Señor, tienes sólo nuestras manos para construir un mundo donde habite la justicia. No tienes pies Señor, sólo nuestros pies para poner en marcha la libertad y el amor. No tienes labios, Señor, tienes sólo nuestros labios para anunciar al mundo la buena noticia de los pobres. No tienes medios, Señor, tienes sólo nuestra acción para lograr que todos seamos hermanos.”

H.S.F. 06/2007: El Padre Arrupe que voy conociendo