Evangelio del Dia

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Jueves 01 de Junio de 2023

La Palabra dice


Mc 10, 46-52

Después llegaron a Jericó. Cuando Jesús salía de allí, acompañado de sus discípulos y de una gran multitud, el hijo de Timeo -Bartimeo, un mendigo ciego- estaba sentado junto al camino.

Al enterarse de que pasaba Jesús, el Nazareno, se puso a gritar: «¡Jesús, Hijo de David, ten piedad de mí!». Muchos lo reprendían para que se callara, pero él gritaba más fuerte: «¡Hijo de David, ten piedad de mí!». Jesús se detuvo y dijo: «Llámenlo». 

Entonces llamaron al ciego y le dijeron: «¡Ánimo, levántate! Él te llama». Y el ciego, arrojando su manto, se puso de pie de un salto y fue hacia él. Jesús le preguntó: «¿Qué quieres que haga por ti?». Él le respondió: «Maestro, que yo pueda ver». Jesús le dijo: «Vete, tu fe te ha salvado». En seguida comenzó a ver y lo siguió por el camino.

La Palabra me dice


Mendigar, ceguera, enterarse, gritar, piedad, reprender, detener, milagro. Estas son las acciones y actitudes que resaltan en el evangelio de hoy. 

Marcos ha escuchado estas palabras relatadas por San Pedro, a quien acompañaba; por eso esta escena es tan viva. Me imagino el borde del camino por donde camina Jesús. Ahí se encuentra con Bartimeo, el mendigo ciego, símbolo de todos los marginados, desplazados y descartados de nuestro mundo, llamándolo a gritos. Algunos de los ahí presentes lo increpan por el alboroto. Otros advierten la rápida respuesta de Jesús, y le dicen al ciego: “Vamos, levántate, que te está llamando.” ¿Cuáles sería mi reacción? ¿Qué desearía que Jesús haga por mí?

Hoy se conmemora el “Día Internacional de la Infancia” fue instituida por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1956, para consagrar la fraternidad y la comprensión entre los niños y las niñas del mundo entero. Para celebrar este día, la ONU invitó a todos los países a promover actividades que involucren de manera directa a los niños y niñas como sujetos de derechos.

CLACSO viene destacando año a año la importancia de esta fecha, como un modo de recordar que los niños son el colectivo más vulnerable y por lo tanto los más afectados por las crisis y conflictos de nuestro continente y el mundo. Y para reafirmar el derecho de niños y niñas a la salud, la educación y la protección, independientemente del lugar donde hayan nacido.

También el Papa Francisco nos recuerda en el Pacto Educativo Global en tres de los siete puntos señalados que las infancias son una prioridad. 

Me pregunto a la luz de la Palabra de este día: ¿qué le pasa a nuestro mundo, a nuestra sociedad que ignoramos a las infancias? ¿qué nos pasa que no siempre vemos ni escuchamos los gritos de los niños y niñas de nuestro entorno? ¿qué nos pasa que pasamos de largo ante sus dolores o abandonos? ¿qué nos pasa que hasta creemos que muchos de ellos son peligrosos? ¿qué nos pasa que hasta los usamos para las propagandas políticas o el consumo desmedido pero no los reconocemos personas con derechos?

Con corazón salesiano


Camila Beatriz Silva Salinas sostuvo allí: “Hay que visualizar a los niños no sólo como beneficiarios de aquellos proyectos que los adultos diseñamos en relación a ellos, sino como agentes activos con capacidad creadora, capacidad crítica, capacidad de levantar oposición frente a estas iniciativas que vienen del mundo adulto, del mundo estatal”.

Como Don Bosco y Maín, como Bartimeo pidamos la gracia de “ver” y de “escuchar” para nunca pasar de largo ante los gritos de los niños y las niñas más pobres y abandonados de nuestro pedacito de mundo.  

A la Palabra, le digo


El teólogo Michel de Verteuil tiene una maravillosa oración en conexión con esta historia: “Señor, hay mucha gente sentada a la orilla del camino, gritando para que tengamos piedad de ellos, pero a veces gritan en extrañas maneras: portándose mal en la sala de clase; tomando drogas y alcohol; estando malhumorados/as; permaneciendo en silencio o encerrados/as en sus habitaciones; a veces insistiendo en que están felices de estar a la vera del camino mientras pasan los demás. Señor, como Jesús, necesitamos detener todo lo que estamos haciendo, de manera de poder oír que ellos /as expresen su profundo anhelo de que se les devuelva la vista.”