Evangelio del Dia

Buscar por fechas

Viernes 26 de Mayo de 2023

La Palabra dice


Jn 21, 1.15-19

Después de esto, Jesús se apareció otra vez a los discípulos a orillas del mar de Tiberíades.

Después de comer, dijo a Simón Pedro: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?». Él le respondió: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero». Jesús le dijo: «Apacienta mis corderos». 

Le volvió a decir por segunda vez: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?». Él le respondió: «Sí, Señor, sabes que te quiero». Jesús le dijo: «Apacienta mis ovejas». 

Le preguntó por tercera vez: «Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?». Pedro se entristeció de que por tercera vez le preguntara si lo quería, y le dijo: «Señor, tú lo sabes todo; sabes que te quiero».

Jesús le dijo: «Apacienta mis ovejas. Te aseguro que cuando eras joven, tú mismo te vestías e ibas a donde querías. Pero cuando seas viejo, extenderás tus brazos, y otro te atará y te llevará a donde no quieras». De esta manera, indicaba con qué muerte Pedro debía glorificar a Dios. Y después de hablar así, le dijo: «Sígueme».

La Palabra me dice


Me dispongo a escuchar la Palabra, hago espacio en mi ser para escuchar la voz del Señor. Pido al Espíritu que venga y disponga mi corazón: “Santo Espíritu Ven” de José Ibáñez y Athenas (https://youtu.be/DDPeHQb8gR0)

Esta es una escena para disfrutarla lentamente. El Evangelio de Juan resume lo que probablemente fue una larga conversación entre Jesús y Pedro. Jesús con su triple pregunta le está recordando a Pedro su triple negación - un recuerdo doloroso - pero lo hace con delicadeza. Pedro amaba a Jesús antes de su cobarde traición; y lo amó aún más después de ella. Esta escena sigue no sólo con la profunda declaración de amor de Pedro, sino con su confirmación como cabeza de la Iglesia. 

Ser discípulo, ser discípula de Jesús significa dejarse hacer esa pregunta constantemente por Jesús: "¿Me quieres?” No es que Jesús dude de nosotros; pero desea que reconozcamos cómo expresamos ese amor. Podríamos preguntarnos personalmente, como lo hacía San Ignacio de Loyola: "¿Qué he hecho por Cristo?" "¿Qué estoy haciendo por Cristo?" "¿Qué es lo que haré por Cristo?"

Pedro se da cuenta que se le está dando una responsabilidad cada vez mayor por los seguidores de Jesús. ¿En qué forma acepto yo responsabilidades crecientes?

Si Jesús me preguntara: "¿me amas?”, ¿cómo le respondería? Muchas mujeres y varones, a lo largo de los años, han dado sus vidas por Cristo. ¿Cómo me sentiría si se me pidiera hacer lo mismo? 

Con corazón salesiano


Qué bellísimo texto para reafirmar nuestra espiritualidad salesiana, todo nace y se funda en el amor. Madre Mazzarello y Don Bosco vivieron así, amando hasta el extremo, “hasta el último aliento” por los jóvenes, por una vida digna y con sentido para cada joven. Parafraseando el Evangelio, y con un poco de imaginación podríamos escuchar a Jesús que nos hace esa misma pregunta en el rostro y en la voz de algún o de alguna joven: “¿Me amás? Ayudame a vivir… ¿Me amás? Acompañame a ser feliz” “¿Me amás? Mostrame a Jesús”

A la Palabra, le digo


¡Oh Señor!, no me canso de repetirte :Nada quiero sino tu amor y tu confianza. Te prometo, te juro, Señor, escuchar siempre tus inspiraciones, vivir tu misma vida. Háblame muy frecuentemente en el fondo del alma y exígeme mucho, que te juro por tu corazón hacer siempre lo que tú deseas, por mínimo o costoso que sea. ¿Cómo voy a poder negarte algo, si el único consuelo de mi corazón es esperar que caiga una palabra de tus labios, para satisfacer tus gustos? (Pedro Arrupe)



Ahora podés escuchar el Evangelio del Día en Spotify como "Lectio salesiana": https://spoti.fi/3gRYQSP