Evangelio del Dia

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Viernes 28 de Abril de 2023

La Palabra dice


Jn 6, 51-59

«Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente, y el pan que yo daré es mi carne para la Vida del mundo». Los judíos discutían entre sí, diciendo: «¿Cómo este hombre puede darnos a comer su carne?». 

Jesús les respondió: «Les aseguro que si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no tendrán Vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene Vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día. Porque mi carne es la verdadera comida y mi sangre, la verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él. Así como yo, que he sido enviado por el Padre que tiene Vida, vivo por el Padre, de la misma manera, el que me come vivirá por mí. Este es el pan bajado del cielo; no como el que comieron sus padres y murieron. El que coma de este pan vivirá eternamente». Jesús enseñaba todo esto en la sinagoga de Cafarnaún.

La Palabra me dice


El capítulo 6 del evangelio de Juan es conocido como el discurso del pan de vida. Podríamos decir que es una profunda catequesis acerca de la eucaristía, del misterio de fe vivido en las comunidades cristianas en torno al memorial de la cena del Señor.

En cada encuentro dominical de los seguidores de Jesús se actualiza el misterio pascual. Entonces, el pan ya no es pan, sino carne entregada; y el vino no es más vino, sino sangre derramada. Y la comunidad, al comer el pan y beber el vino se une al sacrificio del Hijo, muriendo en él para vivir en él.

La mesa eucarística es profundamente real pero también es eminentemente simbólica, en tanto manifiesta lo que estamos llamados a vivir: la total unidad de nuestra vida con la de Cristo, para entregar nuestra vida por amor como él lo hizo, seguros de la plenitud de la vida que en el Hijo nos es dada.

Con corazón salesiano


La eucaristía en la vida y en la propuesta educativa-pastoral de Don Bosco tiene un lugar centralísimo. Él nos cuenta de los grandes esfuerzos que realizaba para poder recibirla cotidianamente en el seminario, y cómo la proponía constantemente a los muchachos del Oratorio como camino seguro de santidad.

En el año 1862 Don Bosco sueña que la nave de la Iglesia se sostiene por dos grandes columnas: la devoción a María Santísima y la Santa Eucaristía. Acerca de la eucaristía, expresa que ella es “salvación de los creyentes”, y que hay que emplear todos los recursos para recibirla y hacerla cercana siempre y en todo momento.

A la Palabra, le digo


Concédenos la gracia, Señor Jesús, de vivir más profundamente cada eucaristía. Tú nos convocas alrededor tuyo, para que seamos también nosotros pan que se parte y se reparte, vino que se derrama para la vida del mundo. Que comamos de tu carne y bebamos de tu sangre convencidos que en comunidad nos llamas a dar la vida como tú la has dado.



Ahora podés escuchar el Evangelio del Día en Spotify como "Lectio salesiana": https://spoti.fi/3gRYQSP