La Palabra me dice
Jesús nos muestra a través de este evangelio la cercanía de su Padre, que nos escucha, que está atento a nuestras súplicas y que nos quiere acompañar en este camino. La vida del discípulo misionero tiene muchas exigencias y desafíos pero esto no se debe afrontar solamente desde el esfuerzo que podamos hacer cada uno de nosotros, sino en comprender que contamos con la presencia de Dios que nos quiere bien y nos sostiene.
Al final del evangelio se hace una afirmación breve pero muy importante, que nos remite al mensaje central de la predicación de Jesús: el mandamiento del amor. Jesús viene a revolucionar, a dar vuelta nuestra forma de vincularnos. Muchas veces escuchamos decir esta misma frase pero en negativo “no hagas a los demás lo que no quieras que te hagan”. Jesús nos pone en movimiento hacia los demás “háganlo ustedes…”, nos saca de un lugar pasivo y nos lleva a dar el primer paso.
Este evangelio es una invitación a renovar nuestro vínculo con Dios a través de la oración, que es diálogo íntimo con el Padre que nos impulsa a tender la mano hacia los demás. |