Evangelio del Dia

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Viernes 25 de Noviembre de 2022

La Palabra dice


Lc. 21, 29-33

Jesús, hablando a sus discípulos acerca de su venida, les hizo esta comparación:

Miren lo que sucede con la higuera o con cualquier otro árbol. Cuando comienza a echar brotes, ustedes se dan cuenta de que se acerca el verano. Así también, cuando vean que suceden todas estas cosas, sepan que el Reino de Dios está cerca.

Les aseguro que no pasará esta generación hasta que se cumpla todo esto. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.

La Palabra me dice


Todos podemos intuir que existe un fin, que todo termina, que la historia tiene un final. Levantamos la cabeza, y lo vemos a nuestro alrededor, lo vemos en la creación y en sus criaturas. Lo percibimos en nuestra vida. Tomar conciencia de ello, en el fondo, nos hace bien. Porque nos predispone a vivir la vida con profundidad y sentido, y no como si esta no fuese nunca a acabar. 
Pero en el medio de esta caducidad propia de nuestra existencia, el Señor nos invita a poder descubrir los signos que se van dando en nuestra historia. Signos que nos hablan de vida: así como los brotes de una higuera nos anuncian la explosión de la vida de la primavera que se avecina, del mismo modo nuestra historia, en medio de su caducidad, nos va señalando que una nueva vida está a punto de llegar. El Reino ya está entre nosotros, y algún día, cuando menos lo esperemos, ese Reino será pleno. Se avecina una explosión de Vida, de Vida plena y abundante: ¿puedo descubrir en mi existencia los signos de esa Vida Nueva que germina, que crece sin detenerse?

Con corazón salesiano


En una noche estrellada, Mamá Margarita mostraba el cielo a sus hijos y les decía: “Es Dios el que ha creado el mundo y ha puesto allá arriba tantas estrellas. Si tan bello es el firmamento, ¿qué será el paraíso?”. Al llegar la primavera, ante una extensa campiña o un prado esmaltado de flores, ante un bello amanecer o un inusitado ocaso, exclamaba: “¡Cuántas cosas bellas ha hecho el Señor para nosotros!”. Margarita cultivaba así el corazón de sus hijos, abriendo horizontes inmensos, haciéndoles gustar en la tierra lo que les esperaba en el cielo, mostrándoles a su Dios, el Creador, el Providente, el Redentor y el Padre tierno. 
(Fuente: https://donbosco.org.ar/uploads/recursos/recursos_archivos_2720_1911.pdf)

A la Palabra, le digo


Te pedimos, Señor, la gracia de tener los ojos del alma bien abiertos para descubrir los signos de tu Reino que maduran entre nosotros. Que no nos gane el pesimismo. Que tu Vida nos llene de esperanza para seguir caminando.


Ahora podés escuchar el Evangelio del Día en Spotify como "Lectio salesiana": https://spoti.fi/3gRYQSP