Evangelio del Dia

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Martes 08 de Noviembre de 2022

La Palabra dice


Lc. 17, 7-10

Jesús dijo a sus discípulos:

Supongamos que uno de ustedes tiene un servidor para arar o cuidar el ganado. Cuando éste regresa del campo, ¿acaso le dirá: “Ven pronto y siéntate a la mesa”? ¿No le dirá más bien: “Prepárame la cena y recógete la túnica para servirme hasta que yo haya comido y bebido, y tú comerás y beberás después”? ¿Deberá mostrarse agradecido con el servidor porque hizo lo que se le mandó?

Así también ustedes, cuando hayan hecho todo lo que se les mande, digan: “Somos simples servidores, no hemos hecho más que cumplir con nuestro deber”.

La Palabra me dice


La Palabra de hoy es, en principio, chocante. No todos estamos preparados para escuchar de Jesús usar una comparación en la que se nos considera siervos. Sin embargo, superado el impacto que genera la fuerza del recurso literario, esta Palabra nos puede ayudar a “ubicarnos”, porque sale al auxilio de nuestra visión limitada de la vida, la cual en no pocas ocasiones nos lleva a confundirnos e ignorar el verdadero orden de la creación. 

Las personas somos seres increíbles, con autonomía, creatividad, inteligencia, libertad. De esto no hay dudas. Pero desde otra perspectiva, no es menos cierta la afirmación de que las personas somos criaturas pequeñas, limitadas, que hemos recibido la vida como un regalo. 

Nadie puede negar que la vida y todo lo que es parte de la vida es un don permanente. Si no podemos pensar, ¿qué tenemos que no hayamos recibido? ¿Nuestra vida, las personas que amamos, nuestra inteligencia, nuestra fe? Como dice San Pablo, no somos capaces de atribuirnos cosa alguna, como propia nuestra, sino que nuestra capacidad viene de Dios. 

¿Qué actitud tener, entonces, frente a Dios? El sentido común nos indica, por tanto, que esta ha de ser la de un servidor generoso, humilde, siempre agradecido. Está completamente fuera de lugar pretender que Dios esté a nuestro servicio por lo poco que nosotros podamos ofrecerle. No podemos reclamarle nada. Por más que seamos la persona más religiosa y más rezadora de toda nuestra comunidad, no podemos perder de vista que los dones que brinda Dios a su siervo fiel no son un derecho que se puede reclamar, sino puro don gratuito.

Con corazón salesiano


La cercanía y la humildad de de Don Zatti se ven reflejadas en un detalle característico de su vida:  su bicicleta. En más de una ocasión le ofrecen comprar algún auto, para moverse “más rápido” y “alcanzar a más personas”, ser más efectivo. Pero Don Zatti siempre rechazará tales ofrecimientos. Prefiere la bicicleta, que permite detenerse a dedicar tiempo a las personas.

A la Palabra, le digo


Tú Señor eres el mejor modelo de humildad. Siendo Dios te hiciste hombre, siendo infinito te hiciste un servidor humilde. Que tu luz me ilumine, y pueda así descubrir mi realidad. Que nunca olvide que mi verdad es la de ser un simple servidor. 



Ahora podés escuchar el Evangelio del Día en Spotify como "Lectio salesiana": https://spoti.fi/3gRYQSP