Evangelio del Dia

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Jueves 08 de Septiembre de 2022

La Palabra dice


Mt. 1, 1-16.18-23

Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham: Abraham fue padre de Isaac; Isaac, padre de Jacob;

Jacob, padre de Judá y de sus hermanos. Judá fue padre de Fares y de Zará, y la madre de éstos fue Tamar. Fares fue padre de Esrón; Esrón, padre de Arám; Arám, padre de Aminadab; Aminadab, padre de Naasón; Naasón, padre de Salmón. Salmón fue padre de Booz, y la madre de éste fue Rahab. Booz fue padre de Obed, y la madre de éste fue Rut. Obed fue padre de Jesé; Jesé, padre del rey David.

David fue padre de Salomón, y la madre de éste fue la que había sido mujer de Urías. Salomón fue padre de Roboám; Roboám, padre de Abías; Abías, padre de Asá; Asá, padre de Josafat; Josafat; padre de Jorám; Jorám, padre de Ozías. Ozías fue padre de Joatám; Joatám, padre de Acaz; Acaz, padre de Ezequías; Ezequías, padre de Manasés. Manasés fue padre de Amón; Amón, padre de Josías; Josías, padre de Jeconías y de sus hermanos, durante el destierro en Babilonia.

Después del destierro en Babilonia: Jeconías fue padre de Salatiel; Salatiel, padre de Zorobabel; Zorobabel, padre de Abiud; Abiud, padre de Eliacím; Eliacím, padre de Azor. Azor fue padre de Sadoc; Sadoc, padre de Aquím; Aquím, padre de Eliud; Eliud, padre de Eleazar; Eleazar, padre de Matán; Matán, padre de Jacob. Jacob fue padre de José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, que es llamado Cristo.

Este fue el origen de Jesucristo:

María, su madre, estaba comprometida con José y, cuando todavía no habían vivido juntos, concibió un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era un hombre justo y no quería denunciarla públicamente, resolvió abandonarla en secreto.

Mientras pensaba en esto, el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: “José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, porque lo que ha sido engendrado en ella proviene del Espíritu Santo. Ella dará a luz un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús, porque Él salvará a su Pueblo de todos sus pecados”.

Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por el Profeta:

“La Virgen concebirá y dará a luz un hijo a quien pondrán el nombre de Emanuel”, que traducido significa: “Dios con nosotros”.

La Palabra me dice


Jesús es presentado como totalmente Dios al ser Hijo de Dios, y totalmente hombre al nacer de María. Ireneo de Lyon decía que “lo que no es asumido, no es redimido”. El misterio de la encarnación nos ayuda a reconocer que en Jesús lo divino y lo humano se funden sin confundirse, y se abre el camino de nuestra salvación. El ser y el actuar son en Dios una misma realidad.  
El amor de José por María lo llevó a no buscar revancha denunciándola públicamente. Según el relato evangélico, es por medio de los sueños que Dios impidió que José abandonara a María, y lo ayudó a encaminarse a su misión de padre adoptivo de Jesús y custodio de María.  
En mi vida, ¿he dejado de soñar? ¿Cuáles son mis proyectos y propósitos? Esos sueños ¿son de autorrealización o implican a otras personas? ¿Cómo puedo retomar hoy el camino de tal modo que estos sueños se hagan realidad?

Con corazón salesiano


Jesús y Juan Bosco necesitaban de una familia, como nosotros y cada persona en este mundo. Juan fue y es papá espiritual de tantísimas personas. Él mismo quiso que nuestras casas sean familias, nuestro estilo de relacionarnos sea familiar. ¿Reconozco a quienes sufren en mi comunidad por problemas familiares? ¿Puedo hacer algo por ellos?  

A la Palabra, le digo


Señor Jesús, así como vos lo sos, me reconozco parte de la familia humana, y me duelen las violencias con que a veces nos destruimos. Gracias por hacernos parte en la familia divina, la Santísima Trinidad. Eres Dios con nosotros por eso hoy trataré de vivir el día reconociendo tu compañía, permaneciendo en tu amor.
Como José que fue dócil a tus palabras, moldéame como quieras.


Ahora podés escuchar el Evangelio del Día en Spotify como "Lectio salesiana": https://spoti.fi/3gRYQSP