La Palabra me dice
La Palabra de Dios de este día pone en el centro de la reflexión una realidad ineludible de la vida de cada ser humano, que supone un discernimiento muy importante, ya que de la elección que se realice, depende en gran medida la felicidad más plena. A partir de la pregunta de estos fariseos sobre el divorcio, Jesús nos habla de la hermosa realidad del matrimonio, y a partir de las conclusiones de los discípulos, Jesús presenta la hermosa realidad de la vida consagrada por el Reino. Jesús habla de la bondad del matrimonio querida por Dios desde el origen de la creación, y reconoce la adecuación pastoral que realiza Moisés, en la coyuntura en la que le tocó decidir, dando como razón la dureza del corazón. El corazón duro es el corazón egoísta e individualista. Quizás nuestros egoísmos, nuestras actitudes individualistas son también hoy la causa de tantas rupturas. A los discípulos que quieren elegir la vía del escape a lo más fácil, Jesús les carga de sentido la vida célibe, les dice que vale la pena cuando ésta se hace entrega por el Reino, por el bien de los demás, por la vida de todos. |