La Palabra me dice
Hoy celebramos a San Lorenzo, el diácono mártir, y la Palabra de Dios nos ayuda a rezar y mirar estas dos dimensiones tan cristianas, y tan unidas, como son el servicio y la entrega de la vida. Dos dimensiones de la identidad cristiana que quizás están devaluadas en la sociedad mercantil e individualista de nuestro tiempo. El ejemplo o la metáfora del grano de trigo que se entrega a la tierra para fructificar abundantemente es muy apropiado. Además hay un detalle que no debe pasar desapercibido, ya que si el grano no se entrega, queda solo. La soledad también es uno de los signos de nuestro tiempo. Vemos y conocemos a muchas personas que, preocupadas sólo de sí mismas, se van aislando hasta quedar solas, sin vínculos. También es bueno decir que tanto el servicio como la entrega de la vida tienen su costado de dolor, de sufrimiento. No debemos ni podemos ser ingenuos. Pero es un dolor y un sufrimiento con sentido, que vale la pena. En palabras de Francisco, son los golpes y las heridas —y las muertes— por salir al encuentro de los demás, por llevar la vida del Reino de Dios. Muy contraria a la enfermedad del encierro y la soledad; en definitiva, del egoísmo. |