La Palabra me dice
Ser el más grande, el más importante, es una preocupación de los apóstoles. En esta ocasión se lo preguntan a Jesús y él, genialmente, les responde poniendo en el medio a un niño, a un pequeño. El más grande es el más pequeño. Y no solo pone al niño como signo, sino que les aclara que si no cambian y se hacen como niños, no sólo no serán los más grandes sino que no entrarán en el Reino de los cielos. El pequeño es también quien se pierde, que se extravía como la única oveja del rebaño. Y porque es importante, hay que ir a buscarla, hay que salir a encontrarla. Hay que preocuparse por esa oveja perdida, abandonando a las noventa y nueve que no se perdieron. Encontrarla y recuperarla es causa de gran alegría. |