La Palabra me dice
Escribas y fariseos del tiempo de Jesús piden un signo para creer, y Jesús les ofrece a ellos, y a nosotros también, que muchas veces pedimos signos para creer, el signo de la Pascua, el kerigma, la muerte y resurrección del Mesías. ¿Acaso puede haber un signo más grande que la Resurrección? Jesús se compara con Jonás, aunque lo supera. Jonás, después de estar en el vientre del pez, anuncia a la ciudad de Nínive, y la ciudad se convierte. Jesús, después de estar muerto y resucitar, se convierte en el anuncio y el anunciado. Nosotros escuchamos su Palabra, nos alimentamos con su cuerpo, hacemos experiencia de comunidad, ¿cómo está nuestro camino de conversión? Jesús también se compara con Salomón, el sabio, aunque lo supera. La Reina del Sur vino a escuchar su sabiduría; vino desde lejos, eso supone esfuerzo. Nosotros, ¿cuánto nos esforzamos por escuchar y meditar las palabras de la sabiduría, las palabras de Jesús, para vivir como él nos invita? |