La Palabra me dice

Estamos en la parte del evangelio de Mateo que suele llamarse la “sección de los milagros”. La narración de la tempestad calmada es muy parecida a lo que dicen Lucas y Marcos. Después vendrá la tempestad de la pasión y el triunfo de Jesús sobre la muerte; para seguirlo a Él es innegable la necesidad de la fe. La expresión “se desató una tempestad…”, literalmente sería “se produjo un terremoto…”. Y se alude al final de los tiempos, a la muerte en la cruz y a la resurrección de Jesús. Es decir, hay un enlace entre la pasión y la Pascua de Jesús. En la parte final los discípulos hacen un acto de fe en el Señor como el realizador de la salvación.

Con corazón salesiano

Un rasgo distintivo salesiano es mantener abierta en los jóvenes la esperanza humana y cristiana en el presente y el futuro de la vida, hasta tener una “buena muerte” y el deseo de vivir con la familia de Dios. 
En medio de las “tempestades” de la existencia es preciso mantener esta espiritualidad juvenil, que permite unir la esperanza con la confianza genuina en Dios, admirable incluso en los fracasos, como la muerte. Don Alberto Caviglia decía que Madre Mazzarello había iniciado la tradición salesiana de morir cantando. Individual y comunitariamente, Dios nos invita a cultivar la esperanza sobre todo en los momentos difíciles de la vida. 

A la Palabra, le digo

Dios bueno y misericordioso, Jesús manifestó a los pueblos la esperanza incluso en la cruz. Yo también tengo ansias de ser como Él, portador de la fe que llega siempre a un buen final, que eres Tú mismo, creador de toda vida.

Ahora podés escuchar el Evangelio del Día en Spotify como "Lectio salesiana": https://spoti.fi/3gRYQSP