La Palabra me dice
El evangelio de Juan, cuando narra los avisos de la partida de Jesús, remarca la tristeza que genera en los discípulos la idea de su ausencia. Es la tristeza de la distancia, de no poder ver, abrazar, escuchar a la persona que les había cambiado la vida y la había llenado de sentido. Y, encima, los había embarcado en una aventura que no podían imaginar cómo sería en adelante, sin tenerlo de la misma manera. Sin embargo, Jesús no piensa abandonar a los suyos, sino que estará más cerca haciéndolos parte de su vida en el Padre y el Espíritu. El Espíritu probará la incredulidad del mundo, pese a los signos y las enseñanzas de Jesús; a la vez revelará la cercanía de Jesús con el Padre, ya que la justicia de Dios es su amor misericordioso, que vivió Jesús entre los hombres; finalmente, el juicio se da en el triunfo de Jesús en la Cruz porque el amor venció a la muerte y así queda condenado y derrotado el Príncipe de este mundo, que encarna todo mal. |