Evangelio del Dia

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Miércoles 18 de Mayo de 2022

La Palabra dice


Jn. 15, 1-8

Jesús dijo a sus discípulos:

“Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el viñador. El corta todos mis sarmientos que no dan fruto; al que da fruto, lo poda para que dé más todavía. Ustedes ya están limpios por la palabra que yo les anuncié. Permanezcan en mí, como yo permanezco en ustedes. Así como el sarmiento no puede dar fruto si no permanece en la vid, tampoco ustedes, si no permanecen en mí.

Yo soy la vid, ustedes los sarmientos. El que permanece en mí, y yo en él, da mucho fruto, porque separados de mí, nada pueden hacer. Pero el que no permanece en mí, es como el sarmiento que se tira y se seca; después se recoge, se arroja al fuego y arde.

Si ustedes permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y lo obtendrán.

La gloria de mi Padre consiste en que ustedes den fruto abundante, y así sean mis discípulos”.

La Palabra me dice


Desde el Antiguo Testamento, la viña representa al Pueblo de Israel. Yahvé es el viñador que la ha plantado, elegido y cuidado para que dé fruto. A lo largo de la historia, el pueblo constata que cuando se alejaban de Yavhé, se acercaba la desgracia; en cambio, cuando volvían el corazón a Dios, experimentaban la bendición.
Jesús, con la imagen de la viña, llama a los discípulos a permanecer unidos a Él. El Padre cuida de los suyos: como el viñador corta, poda y limpia la vid, Dios va modelando los corazones de sus hijos e hijas, acompaña la vida de cada uno, guia la historia de su pueblo por caminos de más vida.
La distancia de Dios, el apartarse de Él, llevan a la sequedad, al sinsentido y a la muerte.
Jesús dice que la gloria de su Padre es el fruto que dan los sarmientos. San Ireneo decía que “la gloria de Dios es el hombre Vivo”. El fruto de la vid es dulce, el vino que se obtiene de las uvas es la bebida de la alegría, la fiesta, la abundancia. Jesús usará el vino para que sea su sangre, que en la cruz se derrama para nuestra salvación, para que tengamos Vida verdadera y abundante.

Con corazón salesiano


La tierra que vio nacer a Juan Bosco y María Mazzarello estaba llena de viñas. Ellos habrían escuchado esta Palabra sintiendo lo que dice del Padre, comprendiendo lo que ocurre con los sarmientos cuando se los cuida, celebrando las cosechas. Así se dejaron modelar, cuidar y transformar por Dios, lo trasmitieron a sus jóvenes y lo compartieron con muchos santos y santas de su tiempo.
San Leonardo Murialdo es uno de los colaboradores de Don Bosco, fundador de los Josefinos. Dedicó su vida al cuidado de los niños y jóvenes huérfanos, más pobres y abandonados. Decía: “los pobres, los niños y los pecadores eran la niña de los ojos de Jesucristo, la perla preciosa, su tesoro más preciado”. Podemos decir que son la viña a la cual cuidar con amor constante como discípulos del Maestro.

A la Palabra, le digo


Jesús, queremos permanecer en tu amor. Renová en nosotros todo lo ya que no da vida; que podamos crecer y dar fruto allí donde nos plantás este tiempo, para cuidar y acompañar a los más Pequeños en tu Reino.


Ahora podés escuchar el Evangelio del Día en Spotify como "Lectio salesiana": https://spoti.fi/3gRYQSP